lunes, 31 de mayo de 2010

Ecología y Salud

Por: Antonella Perasso y Lidia Perrazo

Los cambios en el color de la piel

Blanco, negro, amarillo, pardo, nuestra piel tiene esos diferentes matices después de millones de años de adaptación a un lugar determinado y donde el clima jugó un papel importante.
El color de nuestra piel es el resultado de la producción de melanina, pigmento que nos protege de los efectos nocivos de la radiación ultravioleta. La exposición frecuente a los rayos solares provoca especialmente en las personas de piel blanca un envejecimiento prematuro ya que aparecen arrugas y manchas en la piel y también aumenta la posibilidad de cáncer.
La melanina es producida por los melanocitos y siempre que este pigmento se produzca en forma constante la pigmentación será pareja.
A medida que pasan los años, el número de células que contienen pigmento disminuyen pero las que quedan aumentan de tamaño de modo que la piel envejecida se muestra como más delgada, más pálida y traslúcida.
Es común observar que a partir de los 40 años de edad aparecen manchas cutáneas especialmente en áreas más expuestas al sol como dorso de manos, cara, antebrazos, hombros y escote. Estas manchas planas grises o marrones son llamadas léntigo y se oscurecen más por la acción de la luz solar. Si bien estas lesiones son benignas e indoloras suelen representar un problema cosmético.

Un consejo, utilice:
_ Para manos: cremas preparadas con cantidades iguales de crema nutritiva y crema blanqueadora.
_ Para rostro: crema facial aclaradora de manchas.


Fuente y consultas: lidiarosaperasso@yahoo.com.ar

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