martes, 30 de noviembre de 2010

Monserrat Cultural Nº 37


Imagen de Tapa: “Soñadora” de Blasterkid

Editorial

Todos tenemos sueños y metas que nos proponemos -generalmente- a comienzo de cada año, y para estas fechas llega la hora de ver cuánto pudimos hacer. En nuestra revista pudimos crecer, y abrimos la cabeza para tratar de entender mejor al mundo, y así cambiar las cosas para mejorarlas, y con ello mejorar nosotros. Esperamos que ustedes hayan compartido esta apertura y que se renueven los sueños de cambio para conseguir un mundo más justo, más humano y más ”vivible”.

"El contenido de la caja de Pandora puede hacerse menos temible. Podemos evadirnos de su sombra", dice Sennett en El artesano (Anagrama, 2009). ¿Cómo? Comprendiendo mejor lo que hacemos. Habla de la necesidad de comprometernos con lo que hacemos mientras lo hacemos. Ahora, hoy, que podemos encontrar los peligros de la esta ausencia de compromiso en cuanta caja de Pandora abramos (la explotación del medio ambiente, la tecnología como motor cultural y la investigación genética lideran una larga lista de preguntas). Y en ello, la Pandora que envió Hollywood y la que nos legó Zeus tiene el mismo efecto. El de un aviso que sea en 3D o en papiro plantean el problema de la (des)conexión con la naturaleza.”
Extracto del libro La sociedad desescolarizada, Joaquín Mortiz

"No acepten lo habitual como cosa natural porque en tiempo de desorden sangriento de confusión organizada de arbitrariedad conciente de humanidad deshumanizada nada debe parecer imposible de cambiar."
B. Brecht

"Ahora soy un pirata... un pirata es una ternura que explota fiera, es justicia incomprendida, es desconsolado amor, es triste batallar y soledad compartida, es un siempre navegar sin puerto, es perenne tormenta, es beso robado, es siempre insatisfecha posesión, es sin descanso."
Subcomandante Marcos

El editor

Todo camino puede andar

Por: Carlos Castaneda

"Cualquier camino es tan sólo un camino, y no es ninguna ofensa, ni para uno mismo ni para los demás, abandonarlo si así se lo dicta el corazón.
Mira y observa todos los caminos de cerca y deliberadamente; hazlo tantas veces como creas necesario.
Después, pregúntate a tí mismo, y sólo a tí mismo, lo siguiente:
¿TIENE ESTE CAMINO CORAZÓN?
Si lo tiene, el camino es bueno; si no lo tiene, no sirve para nada."

Cuentos


Dos Cuentos de Gustavo Roldán, de su libro “Dragón”

Mirada de Dragón


Aunque los dragones saben mucho, siempre tienen una mirada llena de asombro. Se asombran de las cosas que no conocen y de las cosas que conocen. A todo lo que conocen lo miran con ojos nuevos cada día y, si la mirada es nueva, las cosas son diferentes. Entonces se sorprenden de que haya tantas cosas nuevas en el mundo y les parece hermoso conocerlas.
—¡Qué hermosa flor! —dice un dragón negro.
—¡Muy hermosa! —contesta otro—. Es parecida a la que estaba ayer en este lugar.
—Sí, pero la que vimos ayer era cuando el sol estaba alto; ésta, con un sol de atardecer, me parece más hermosa.
—¡Qué hermosa flor! —dice el mismo dragón al amanecer del día siguiente.
—Sí —contesta el otro—. Muy parecida a otra que ya vimos. Pero con los rayos del sol del amanecer ésta es más linda.
Y vuelan hasta las montañas más altas, ésas donde las nieves están desde el primer día del mundo, contentos por haber descubierto una flor nueva. Entonces un dragón le dice al otro:
—¡Qué hermosa montaña! ¡Tiene toda la nieve del universo!
Y los dos sobrevuelan en grandes círculos el pico de esa montaña que acaban de descubrir y que ya sobrevolaron mil veces.

Amor de Dragón


Cuando los dragones se aman se desatan los maremotos, los volcanes lanzan un fuego endemoniado y los huracanes largan una furia que hace pensar que ha llegado el fin del mundo. Por eso a veces, para amarse sin molestar a nadie, vuelan hasta el cielo más alto, donde las estrellas casi están al alcance de la mano.
Y los dragones creen que el mundo queda en calma. pero se equivocan. Entonces caen rayos y centellas, el cielo parece desplomarse con truenos aterradores, las estrellas fugaces y los cometas de largas colas luminosas corren de un lado para el otro sembrando el pavor, y los tornados enfurecidos se tragan medio mundo.
O la luna o el sol parecen borrarse lentamente en el cielo y todos dicen que hay un eclipse, dando minuciosas explicaciones de cómo la tierra se coloca entre el sol y la luna o la luna delante del sol y etcétera etcétera.
Vanas explicaciones. Las dicen los que nunca miran bien. Si mirasen bien verían claramente la figura de dos dragones que se aman y que van tapando la luz de los astros según se acerquen o se alejen.
Cada vez que alguien piense que está llegando el fin del mundo sólo tiene que abrir los ojos de mirar bien. Los ojos grandes de mirar lejos. Y no creer en tonteras. Pero eso no es nada fácil.

Microrelatos

El hombre en su piel
Por: Liliana Bodoc

    Me parece que usted se está tomando muy en serio su piel.
Digo que me parece que su piel tiene muchos carteles de advertencias: prohibido el paso, no avanzar, radar... Reduzca la velocidad, gendarmería. ¿Nadie le dijo que tomarse la piel tan seriamente puede dejarlo seriamente solo? ¿Nadie le aconsejó abandonar la idea de frontera? Aquí empiezo y termino, esto me configura. Vivir significa permanecer adentro de esta piel, en primera persona.
   ¿Y si intenta pensarlo de otro modo...? Apegarnos al tránsito y no a las formas puede ser, si usted quiere, un increíble alivio. Por un rato abandone la mayúscula severa y resonante que lo identifica. Y celebre la historia de la vida más allá de su anécdota.
   Piénselo así: el hombre que usted es antes fue un pájaro y antes fue gramilla, ayer tuvo alas tanto como mañana tendrá colmillos o fronda o carozo.
    Pero si su complexión individual le impidiese aceptar esta hermandad lejana porque usted, ¡claro está!, detenta el máximo escalafón biológico; si no hay pájaro o semilla que justifiquen la desaparición de su forma en primera persona; entonces... tampoco se tome tan en serio su piel. Retire a los gendarmes; así mis manos pueden transportar, de ida y vuelta, todos los cargamentos ilegales.


Tómate esta botella conmigo
Por: Sebastián Alonso (www.rulos-porra.blogspot.com)


Que salgamos al sol todxs aquellxs que sentimos que no formamos parte de este tipo de vida. Que brindemos lxs que soñamos todo el tiempo en que se aproximan tiempos mejores y luchamos hasta el polvo por hadcerlo realidad.
Destapemos un vino por las otras maneas de vivir a las que nos debemos animar. Porque EXISTEN, pero a muchos les gusta condenarlas a ser minorías o locuras en contra de la corriente.
Que vivan lxs artistas, los putos lindos, lxs literarixs, lxs ermitañxs, los travas, las tortas, lxs aborígenes y lxs negrxs. Que el viento norte nos traigan sus gritos y nos despierten.
¡Que la vida nos mantenga DESPIERTXS! Y llenxs de pasiones. Que le hagamos el amor al amor, que sea una obligación un orgasmo diario.
Que despierten todxs aquellxs dormidxs que no pueden ver que todo esto es una mentira y que somos parte de una gran obra de teatro montada por intereses de pocxs.
¡DESPIERTEN! Abramos los ojos y no dejemos de brindar por las cosas que realmente importan y valen la pena.
Brindemos por todos los viajes que nos quedan por hacer, por todos aquellos lugares que no conocemos. El mundo es demasiado grande para estar encerrados en estas pequeñas grandes ciudades. ¡Imaginate un pez con tanto mar allá afuera encerrado en una pecera!
Sirvamos un vasito de vino tinto en las copas para derrumbar las viejas estructuras, para demoler la vieja escuela y crear nuevas formas. ¡Brindo por no acostumbrarme ni conformarme!
Brindo por lo verdadero, pero verdadero al punto de sentirlo con el corazón y que queme. Por las bandas de amigxs abrigos, por la familia que uno volvería a elegir.
Brindemos con cualquier cosa, menos con agua, por los ciclos de la vida. Por el comienzo de uno, su final y el comienzo de uno nuevo. ¡Por el eterno cambio!
Y brindo, finalmente y principalmente, por el amor que es el pan de la vida.

Poesía porque sí

Hoy: Edith Vera



Estamos
aquí
acurrucados,
para dejar
espacio
al vuelo
de los pájaros.




Una vez que se ha pronunciado
la palabra amapola
hay que dejar pasar algo de tiempo
para que se recompongan
el aire
y nuestro corazón.



Retorna de la tierra
la violeta.
Un secreto de agua y de raíces
del oscuro y muy claro origen de las cosas
se presiente en su aroma.




Despierta el campo
porque en su simple corazón de niño
ha florecido el trébol.
Desde su pecho verde
transparente aleluya se eleva como los pájaros.

Carta de Lector

No soy peronista ni lo fui nunca. No voté candidatos peronistas. No voté a Néstor, tampoco a Cristina. Para ser claro, siempre voté al Socialismo.
He tenido grandes discusiones con un amigo, tampoco peronista pero sí Kirchnerista, criticando los primeros pasos del modelo, pensando que era más de lo mismo. Pero empecé a ver las medidas que se tomaban y me fui convenciendo. Este modelo es lo más parecido a lo que yo quiero como proyecto para mi país.
Por supuesto que falta mucho, pero estoy seguro que ninguno de los opositores se les acerca siquiera a los talones, es más, afirmo que la oposición es volver al infierno del 2000, del cual nos sacó este modelo; que los que piden el 82% (yo soy jubilado) no sólo no lo darían, sino que volveríamos a los ajustes que pagaríamos los más desprotegidos; que volverían a entregar lo que los K reconquistaron para el país; que daríamos la espalda a Latinoamérica para volver a las "relaciones carnales" que nos fueron tan nefastas; y así siguiendo.
Veía a la gente en Plaza de Mayo y pensaba: esa gente está triste, y me imaginaba la alegría de algunos. Entonces no tengo dudas: yo estoy con los tristes porque yo también tengo tristeza.
Miraba 6-7-8 en la noche del luctuoso 27, y había ahí tanta gente admirada, inteligente, varios no peronistas, y me preguntaba si éstos, como los de la Plaza, podían estar equivocados. Si yo estaba equivocado. Y me respondí que NO, que tanto ellos como yo teníamos la certeza de estar en el camino correcto. Este modelo, con todo lo que hay que mejorar, es el modelo de País que quiero. Y este modelo lo instauraron los K.
Néstor empezó casi solo. Ahora ya no está (físicamente digo). Pero queda Cristina, que ya no está sola, porque millones de argentinos seguidores del proyecto la vamos a acompañar y apuntalar, porque ahora más que nunca, llegar a concretar lo que falta es tarea de todos. De todos o de ninguno. FUERZA CRISTINA. Hasta la viactoria siempre.

Emilio Alberto Vaccaro

Ecología y Salud

Por: Antonella Perasso y Lidia Perasso

¿QUIÉN FUE VIKTOR FRANKL?

En el artículo anterior “LA SALUD UNA META INALCANZABLE EN LA ACTUALIDAD ”, hemos hecho referencia a Viktor Frankl y quisiéramos comentar su difícil vida. Tal vez, sea el mejor ejemplo de lo complejo que es  poseer “ salud ”, tal como debe ser entendida, es decir, la sensación de completo bienestar físico, mental y social.
Viktor E. Frankl, de origen judío, nació el 26 de marzo de 1905, en Viena, Austria, en la misma ciudad en que desarrollaba una intensa  actividad psicoanalítica Sigmund Freud.
Estudió medicina en la Universidad de Viena y se especializó en neurología y psiquiatría. La llegada del nazismo  lo conminó a dejar el hospital para practicar la psiquiatría en forma privada.
Desde 1940 hasta 1942 dirigió el departamento de neurología del Hospital Rothschild que era el único hospital en Viena que admitía judíos.
En 1941, se casó y en 1942 fue deportado a un campo de concentración junto a sus padres y esposa. En  corto tiempo pasó por varios centros de confinamiento, incluso Auschwitz. Sólo él sobrevivió a este enclaustramiento, perdiendo durante los años de reclusión a toda su familia.
Fue liberado en 1945 por el ejército norteamericano y regresó a Viena.
Escribió un libro que lo haría  famoso “El hombre en busca de sentido”, donde narra la vida de un  prisionero en un campo de concentración desde la perspectiva de un psiquiatra. Allí, muestra las condiciones más extremas de deshumanización y sufrimiento a que se ve sometido el hombre y la búsqueda de una razón para vivir basada en la dimensión espiritual.
Basándose en la experiencia de los tres años de reclusión en campos de concentración desarrolló una nueva corriente de Psicología  denominada Logoterapia o análisis existencial, según la cual la necesidad subyacente a la existencia humana y a la salud mental  es la de encontrar un significado a la vida.
Frankl consideraba que el poseer  una vida sin propósito es la enfermedad de nuestra época y que el hombre necesita encontrar el  significado de su existencia para ser dueño de su vida.
La Logoterapia ayuda a dar una nueva valoración a las experiencias dolorosas vividas pero sin eliminar el dolor ni las causas. Se refuerza en el paciente el valor para hacer frente al dolor.
La Logoterapia es una terapia que se centra en el análisis existencial y se diferencia del psicoanálisis, método que fue creado por el médico y neurólogo austriaco Sigmund Freud y que se basa en el análisis de los procesos mentales inconscientes.
Frankl  recibió en 1949 el doctorado en Filosofía. Enseñó en la Universidad de Viena hasta los 85 años. Piloteó aviones y practicó el alpinismo hasta una edad muy avanzada. Publicó más de 30 libros y dictó conferencias en numerosos países. Falleció el 2 de septiembre de 1997 en Viena.
Viktor Frank fue un vencedor en la lucha contra las adversidades haciendo frente al dolor y encontrando un sentido a la difícil vida  que le tocó vivir.
Si a ud. le ha tocado una vida complicada, compleja, penosa, incomprensible  siga el ejemplo de Frankl para alcanzar la paz que tanto se necesita en la vida.
Fuente y consultas: lidiarosaperasso@yahoo.com.ar

Desapropiar, dematerializar, demonetizar: Tres tendencias modificando el comportamiento joven

El tema se viene desarrollando hace años en el mundo verde y es hora de que todos nos hagamos eco: los seres humanos estamos finalmente entendiendo que la posesión de cosas no lleva a una mejor calidad de vida. Muy por el contrario: mientras más cosas se desean, más se tiene que trabajar para conseguirlas y mantenerlas, perdiendo calidad de vida y tiempo valioso para actividades creativas o familiares.
En respuesta a esta idea que viene in crescendo, en todo el mundo están surgiendo movimientos que desarrollan tres tendencias que apuntan a una mejor calidad de vida.Las mismas son la desapropiación, dematerialización y demonetización.
La primera, desapropiación, tiene que ver con el disminuir la cantidad de cosas a las que aspiramos. Los bienes materiales de todo tipo solían ser símbolos de status, pero las nuevas generaciones ya no los están considerando de esa forma y piensan que muchas veces sólo son obstáculos y preocupaciones adicionales. Los servicios de alquiler y préstamo de los mismos (por ejemplo, el modelo de car-sharing para compartir autos o las fiestas de intercambio de ropa) ahondan esta idea, haciendo que la posesión de nuevas 'cosas' se vuelva menos atractiva. 
En segundo lugar, la llamada dematerialización de la felicidad tiene que ver con desasociar la idea de felicidad de la idea de tener bienes materiales. Esto está relacionado a diversos estudios que señalan que la felicidad viene más bien de la riqueza de las relaciones humanas, la superación personal y la conexión con la naturaleza, y que personas alrededor del mundo están comprobando día a día.
El concepto se ve muy claramente en el crecimiento y aceptación que ha tenido la idea de volver a construir comunidades ricas en la interrelación comunitaria, y en la vuelta de eventos y actividades para volver a conectarse con vecinos que están surgiendo en diversos puntos del globo. 
Finalmente, la tendencia llamada demonetización tiene que ver con la costumbre que solía existir de planificar la vida en torno a la cantidad de plata que se ganaba. Ahora, las personas jóvenes están eligiendo pasar más tiempo dedicado a hacer actividades que reporten experiencias gratificantes en lugar de ganando dinero, porque cuando se necesitan menos cosas se necesita menos dinero para conseguirlas.
Si bien estas tendencias no son algo nuevo y venían desarrollándose en relación a diversos proyectos y conductas de personas alrededor del mundo, es interesante poner nombre a estos movimientos de cambio para poder visualizarlos con mayor claridad. 
El crecimiento de estas tendencias ataca directamente a las empresas que siguen enfocadas en vender más y más productos como principal modelo económico. Pero como estos movimientos tampoco consumen medios masivos, la publicidad no tergivesa la existencia de esta nueva forma de vivir. Basta con apagar la tele y encender el sentido común.
Fuente: blogs.tudiscovery.com

miércoles, 27 de octubre de 2010

Monserrat Cultural Nº 36

Imagen de Tapa: “Belldandy” de Eric Cañete.

Editorial

“Todo vuelve, señora”. Eso fue lo que le dije, aunque se merecía un insulto. Subí al subte junto con mi mujer y mi bebé, y en el asiento que está reservado praa embarazadas y personas con niños había una señora rubia, muy bien vestida, atenta a su celular. Era la viva imagen de lo que en las publicidades y los medios dirían “una persona educada”. Pero al ver que venía una mujer con su bebé en brazos lo único que hizo fue agachar la cabeza y hacerse la boluda. Entonces le toqué el hombro para reclamarle que cediera su asiento, y ella, “educadamente” me dijo “¿por qué no se lo pedís a alguien más joven?”. Mi mezcla de bronca y vergüenza ajena me dejó sin palabras. Otra persona del asiento de enfrente hizo lo que correspondía.
Siempre me pregunto por qué hay gente que prefiere ser miserable a bondadosa, y esta señora me dió la respuesta: porque sólo les importa su bienestar, y el resto que se joda. Y esta es la gente que hace mal, que con su egoísmo y sus rencores van quedándose solos y desparraman su miseria por donde van. Uno puede engancharse con esa energía, o dejar que pase. Yo elegí dejarla pasar, porque detrás de su disfraz de persona educada, esa señora ya tiene suficiente castigo con su pésima forma de existir. Porque todo vuelve: si uno hace bien, vuelven cosas buenas, y si hace mal, vuelven cosas aún peores. Todo depende de la actitud que tengamos frente a la vida.

Casi todas las cosas buenas que suceden en el mundo nacen de una actitud de aprecio por lo demás.
Dalai Lama

Lo que ahoga a alguien no es caerse al río, sino mantenerse sumergido en él.
Paulo Coelho

El editor

Cosas de Dragones

Rompecabezas de Dragón

Un dragón ama los rompecabezas. Inventa los más difíciles y después trata de armarlos. Durante muchísimo tiempo va poniendo cuidadosamente las piezas en su lugar. Pero nuca lo consigue.
Armar un rompecabezas significa terminar con el encanto del juego. Entonces lo mejor es equivocarse, poner una pieza donde no corresponde y seguir jugando, seguro de no ganar.
Por eso un dragón está siempre contento cuando trata de armar un rompecabezas.






El día del Dragón

El viento comenzó a soplar de una manera perfecta.
-¡Arriba, solo! -dijo del dragón, y el sol se asomó en la lejanía.
-¡Pájaros! -dijo el dragón.
Y los pájaros volaron de rama en rama y sus silbos cubrieron los árboles de alegría.
-¡Jaguar! -dijo el dragón, y un rugido profundo brotó de la espesura.
-¡Lus, más luz!
Y el sol se levantó por encima de los árboles llenando el mundo de colores.
-¡Águilas, halcones! -dijo el dragón-, y el cielo se pobló de grandes círculos que planeaban haciendo dibujos entre las nubes.
-¡Son hermosos! -dijo el jaguar acercándose-. Lo único que envidio en el mundo es la forma de volar de un águila o de un halcón. No entiendo por qué los jaguares no podemos volar. Creo que es injusto.
-Tal vez -dijo el dragón-, pero tal vez no.
-Puede ser -dijo el jaguar-, pero sería hermoso.
-Tenés demasiadas cosas, jaguar, para andar protestando.
-Sí, pero nada me impide soñar. Y cuando sueño, sueño que vuelo como un águila. Todos los jaguares soñamos lo mismo. Es hermoso soñar.
-Bueno, voy a hacer algo que te gusta. ¡Viento! -dijo del dragón.
Y el viento aumentó su fuerza agitando las ramas de los árboles y haciendo ondular las aguas del río.
El jaguar comenzó a correr. Corrió en contra del viento deslizándose con pasos imposibles que apenas tocaban la tierra, sintiendo la fuerza del aire que era como una enorme pelea que debía vencer en cada salto.
Corrió hasta perderse a lo lejos.
-¡Lobos, unicornios, sirenas! -siguió el dragón.
Y lobos, unicornios y sirenas llenaron  la selva de rumores.
-¡Hormigas, mariposas, langostas, chicharras, ratones! -dijo el dragón-. Es injusto dejar para el final a los más chicos. Juro que desde mañana haré las cosas al revés.
Y llenó los ríos y los mares de peces. Y los árboles, de frutos y flores. Y nombró todo lo que faltaba nombrar. Después suavizó los vientos. Entonces descansó. Fue una hermosa mañana.

Del libro “Dragón”, de Gustavo Roldán.

Microrelatos

Lista negra
Por: Liliana Bodoc


Tan temprano para amanecer, ¿o seremos nosotros, apurados por ir a la panadería? El panadero debe estar cantando, dicen que canta antes de amasar... No importa, lo esperamos. Y mientras tanto, con este lápiz chiquito como vos, vamos a hacer la lista de las compras. Vení, sentáte cerca. Así, mientras escribo, te beso la cabeza. Ante todo otro lápiz habría que comprar porque a este apenas si lo agarro. No te duermas de nuevo y ayudáme. Es una lista larga...
Vamos a ver... Naranjas, no es el tiempo. Zapallo..., no se puede. Porque últimamente los zapallos tomaron la costumbre de abrir los ojos justo cuando una va a clavar el cuchillo, y da lástima. Está el tren de juguete, ese de la vidriera donde siempre pasamos. Pero mejor que no, porque sos muy chiquito. Te subís a un vagón y yo tengo que descoser las vías para que el tren se pare.
Tan pronto es mediodía. ¿O seremos nosotros...?
El panadero debe estar juntando miga con miga en la yema del dedo. No importa, lo esperamos.
Tomates, no es el tiempo. Azúcar, no es el tiempo. ¡Pan con manteca...! Pero te ensuciás. Pan, nomás, sin manteca.
Se fue la luz ¿Tanto apuro para atardecer?
El panadero debe estar soñando una bolsa de harina rubia y de ojos celestes. Mirá, ni empecé y el lápiz ya se muere de cansancio. Mejor vamos mañana a comprar pan.
¿Por qué llorás ahora?, si mañana compramos. ¿Sabés que pasa? Yo me equivoqué. ¿Cómo vamos a empezar por comprar pan? Antes tenemos que comprar un peso.
Es muy fácil, mañana bien temprano compramos un peso para comprar pan. ¿Sabés quién me lo dijo? El ruido de tu panza. Que descanses.

El origen de las especias
Esteban Lijalad


En 1423 el naturalista friso Bartlomew Kreins demostró que la única posibilidad de explicar semejanzas y diferencias entre el clavo de olor y la canela era considerando a ambas como subespecias de una especia originaria, de la cual provienen todas las demás.
Esta especia originaria debería tener en potencia todas las características que las especias hijas desarrollarían más adelante. Ser, al mismo tiempo, dulce, agria, fragante, salada, amarga, ácida, etc. Y debería ser oriunda de un rincón del Mundo que reuniera todas las características posibles: ser llano y montañoso, seco, cálido, húmedo, frío, ventoso y calmo.
Entusiasmado por sus descubrimientos, pasó el resto de sus días buscando ese lugar originario, que supuso el Paraíso terrenal.
Años más tarde, un emprendedor marino genovés —que leyó sus escritos de forma algo apresurada— se empeñó en buscar el lugar primigenio más allá del mar Océano, al oeste de toda tierra conocida.
Creyó encontrarlo en una isla del Trópico que, según el marino «olía de lejos a todo lo posible: lo que existe y lo que aún no ha sido creado».
Este aserto le costó la excomunión, ya que conmovía el relato bíblico según el cual todas las especias fueron creadas de una vez y para siempre por la Divina Providencia.
Murió desterrado en la isla caribeña, repitiendo a quien quisiera escuchar que «sin embargo, aquí nacen continuamente nuevas especias» (eppur nascent novum speciae).

Ecología y Salud

Por: Antonella Perasso y Lidia Perasso

LA SALUD: UNA META INALCANZABLE

En 1958, la Organización Mundial de la Salud definió a la salud como el completo estado de bienestar físico, mental y social, no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.
Vivimos en constante interacción con el ambiente, recibiendo influencias favorables y desfavorables, de las cuales dependerá nuestra salud o enfermedad. Así, la salud es concebida como mucho más que la mera ausencia de enfermedad.
Para experimentar bienestar, el ser humano deberá satisfacer las necesidades percibidas como imprescindibles y saciar sus aspiraciones más íntimas en un ambiente que le transmita tranquilidad y seguridad. Sin embargo, los condicionamientos del ambiente no lo permiten.
Es sabido que en ambientes hostiles se pierde el sentido de la existencia. El psicólogo alemán Viktor E. Frank realizó observaciones en un campo de prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial acerca de las reacciones del hombre sometido a las influencias del ambiente especial de un campo de concentración. En sus conclusiones expresó lo siguiente “ la vida del prisionero se asemeja a la de un cadáver viviente ”, debido a su adaptación a una existencia sin futuro. Señala también la importancia de una meta hacia el porvenir como necesario sostén anímico del hombre.
Pero ¿Tenemos porvenir? La existencia de una vida sin ser “vivida” se puede observar en el caso de los internados del sanatorio pulmonar en el libro “La montaña mágica” de Thomas Mann que no conocen la fecha de alta y viven una existencia igualmente carente de porvenir.
Las situaciones de pobreza pertinaz, de deseos insatisfechos, de incertidumbre y temores determinan falta de alegría, irritabilidad, carácter hosco y apatía.
Los noticieros de la TV o la lectura de los diarios nos muestran día a día secuestros, robos, rehenes, asesinatos, robos que incluyen hasta amputaciones de dedos; conductores desaprensivos que van a excesiva velocidad y/o alcoholizados, etc. Estas son algunas de las circunstancias, entre muchas otras, que diariamente nos toca vivir. Esto determina una permanente percepción de amenaza y al ser constante, hacen que la salud, tal como la definió la O.M.S., sea muy difícil de lograr.

Fuente y consultas: lidiarosaperasso@yahoo.com.ar

Rincón de Haikus

(De Mario Benedetti)

los hombres odian
presumen sueñan pero
las aves vuelan

no sé tu nombre
sólo sé la mirada
con que lo dices

los que caminan
sobre ríos de vino
a veces flotan

el girasol
no conoce de eclipses
siempre te alumbra

Poesía porque sí

Hoy: Varieté!

Visita

No estoy.
No la conozco.
No quiero conocerla.
Me repugna lo hueco,
la afición al misterio,
el culto a la ceniza,
a cuanto se disgrega.
Jamás he mantenido
contacto con lo inerte.
Si de algo he renegado
es de la indiferencia.
No aspiro a transmutarme,
ni me tienta el reposo.
Todavía me intrigan el absurdo,
la gracia.
No estoy para lo inmóvil,
para lo inhabitado.
Cuando venga a buscarme,
díganle:
"Se ha mudado".

Oliverio Girondo



El desertor

Señor presidente
Le escribo esta carta
Que quizá lea usted
Si tiene tiempo

Acabo de recibir
La orden militar
Para ir a la guerra
El próximo miércoles
Señor presidente
No voy a hacerlo
No vine a este mundo
Para matar pobre gente
No quiero que se enfade
Pero he de decirle
Que mi decisión es firme:
Voy a desertar
Desde el día en que nací
He visto morir a mi padre
Partir a mis hermanos
Y llorar a mis hijos
Mi madre sufrió tanto
Que ya está bajo tierra
Se ríe de las bombas
Y hasta de los gusanos
Cuando estuve preso
Me robaron la mujer
Me robaron el alma
Y todo mi pasado
Mañana muy temprano
Les cerraré la puerta
A aquellos años muertos
Y me echaré al camino
Pediré limosna
Por las rutas de Francia
De Bretaña a Provenza
Y les diré a las gentes:
«Niéguense a obedecer
Niéguense a colaborar
No vayan a la guerra
Niéguense a partir»
Si hay que derramar sangre
Derrame usted la suya
Pues tan buen apóstol es
Señor presidente
Si ordena que me busquen
Dígales a sus agentes
Que no llevaré armas
Que pueden disparar

Boris Vian

Una propuesta sobre qué hacer con el tiempo de cada uno

Por: Giles Deleuze

Hay sensibilidades sustanciales, existen los que tienen una sensibilidad sustancial. Yo sueño con hacer alguna cosa sobre la sensibilidad filosófica. Es así que encontrarán los autores que cada uno amará. No estoy diciéndoles que sean spinozistas, porque me importa un bledo. Lo que no importa un bledo es que ustedes encuentren lo que les hace falta, que cada uno de ustedes encuentre los autores que les hacen falta, es decir, los autores que tienen algo para decirles. Lo que a mí me atormenta en filosofía es esa elección. Es igual que cuando se habla de una sensibilidad artística, por ejemplo de una sensibilidad musical. La sensibilidad musical no es indiferenciada, no consiste solamente en decir: Amo la música. Quiere decir también que extrañamente, en cosas que yo mismo no comprendo, tengo algo que ver particularmente con tal: “ah, para mí es Mozart. Mozart me dice algo”. Es curioso eso. En filosofía es lo mismo. Hay una sensibilidad filosófica. Allí también es una cuestión de moléculas, si aplicamos todo lo que acabamos de decir hace un momento. Nos encontramos con que las moléculas de alguien serán atraídas, serán ya, en cierta forma, cartesianas. Hay cartesianos. Bueno, comprendo, un cartesiano es alguien que leyó bien a Descartes y que escribe libros sobre Descartes. Pero eso no es muy interesante. Al menos hay cartesianos a un nivel mejor. Consideran que Descartes les dice algo al oído a ellos, algo fundamental para la vida, incluida la vida más moderna. Bueno, a mí, tomo mi ejemplo, realmente Descartes no me dice nada, nada, nada, nada... Se me va de las manos, me embola. Sin embargo, no voy a decir que es un pobre tipo, es evidente que tiene genio. Bueno, de acuerdo, tiene genio, pero yo, por mi cuenta, no tengo nada que hacer con él. Jamás me dijo nada. Bueno ¿y Hegel?...¿Cómo se explican estas cuestiones de sensibilidad, qué es eso, qué quieren decir estas relaciones moleculares?

Yo abogo por relaciones moleculares con los autores que leen. Encuentren lo que les gusta, no pasen jamás un segundo criticando algo o a alguien. Nunca, nunca, nunca critiquen. Y si los critican a ustedes digan: “De acuerdo” y sigan, no hay nada que hacer. Encuentren sus moléculas. Si no las encuentran, ni siquiera pueden leer. Leer es eso, es encontrar vuestras propias moléculas. Están en los libros. Vuestras moléculas cerebrales están en los libros. Yo creo que nada es más triste en los jóvenes en principio dotados que envejecer sin haber encontrado los libros que verdaderamente hubieran amado. Y generalmente no encontrar los libros que uno ama, o no amar finalmente ninguno, da un temperamento... y de golpe uno se hace el sabio sobre todos los libros. Es una cosa rara. Nos volvemos amargos. Ustedes conocen la especie de amargura de ese intelectual que se venga contra los autores por no haber sabido encontrar a aquellos que amaba... el aire de superioridad que tiene a fuerza de ser tonto. Todo eso es muy enojoso. Es preciso que, en última instancia, solo tengan relación con lo que aman".

(Gilles Deleuze, De "En medio de Spinoza. Capitulo V, El estatuto de los modos y el problema del mal")

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Monserrat Cultural N° 35

Imagen de Tapa: “Ivy” de Eric Cañete

Editorial

Una vez más, ante las toneladas de basura que se desparrama sobre nuestras mentes desde casi cualquier pantalla, me doy -y comparto- un poco de aire para despejar las cabezas:
Caminos
Por Eduardo Galeano

Querido Stig:
Ojalá seamos dignos de tu desesperada esperanza.
Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos, porque de nada sirve un diente fuera de la boca, ni un dedo fuera de la mano.
Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibimos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común.
Ojalá podamos merecer que nos llamen locos, como han sido llamadas locas las Madres de Plaza de Mayo, por cometer la locura de negarnos a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.
Ojalá podamos ser tan porfiados para seguir creyendo, contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena, porque hemos sido mal hechos, pero no estamos terminados.
Ojalá podamos ser capaces de seguir caminando los caminos del viento, a pesar de las caídas y las traiciones y las derrotas, porque la historia continúa, más allá de nosotros, y cuando ella dice adiós, está diciendo: hasta luego.
Ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible ser compatriota y contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza, nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo.
(Palabras de agradecimiento, al recibir el premio Stig Dagerman, en Suecia, el 12 de septiembre, 2010.)

Ojalá haya más aire, salud y educación para todos. Ojalá el mal y la estupidez se tomaran tantas vacaciones  como quienes nos malgobiernan.
El editor

La poesía

Por: Liliana Bodoc



La poesía es un modo de la desobediencia. Llega si quiere, pero nunca tarde. Se coloca su máscara inaudita, se calza sus altos, merecidos zapatos. Y ya no se parece a nadie.
La poesía tiene una voz de arena y otra de piedra, tiene una voz de escándalo de plaza y una voz de secretos junto al fuego. Y en el canto las mezcla, diciendo y desdiciendo, con hebras negras y con hebras blancas. Hace en un verso y en el otro deshace; afirma y niega con las mismas palabras.
Porque su obligación no es la verdad. No es la admonición ni la plegaria... La poesía no tiene otro deber que ser un atentado contra el miedo, ni más obligación que estremecernos como el último acorde que suena en el final gastado de una noche.
Ir contra la quietud..., hostigar el equilibrio del estanque buscando que todo se transforme en río. Navegar es el primer asunto del poeta. Y nosotros, parados en la orilla, queremos construirnos una balsa, soltar amarras y desobedecer de cara al horizonte.
Porque también vivir, porque también morir deben ser modos de la desobediencia.

Fuente: elartedelosconfines.blogspot.com

Así nos quieren desde arriba

Por: Ajíbrujo
Laurence Summer fue Vicepresidente del Bco. Mundial en la década del 90. y presentó un memorando interno cuando se gestaba la preparación de la "Cumbre de la Tierra Eco 92" en Río de Janeiro.
En ese memorando interno preguntaba ¿no debería el Bco. Mundial alentar una mayor transferencia de Industrias sucias al Tercer Mundo?
Y continuaba: "numerosos países se encuentran muy limpios por lo que sería lógico que recibieran industrias sucias y residuos industriales, ya que tienen una mayor capacidad de absorción de contaminantes sin que se produzcan grandes costos".
Summer liga estos costos "al aumento o retroceso de la mortalidad". Desde este enfoque economista "una cierta cantidad de contaminación perniciosa debería ser realizada en países con costos más bajos, con menores salarios, por lo que las indemnizaciones a pagar por los daños serán también más bajas que en los países desarrollados." Opinaba que esta lógica "es impecable y debemos tenerla en cuenta". Agregó que "las sustancias cancerígenas tardan muchos años en producir sus efectos, por lo que estos serán menos llamativos en los países con una expectativa de vida baja, es decir, en los países pobres donde la gente se muere antes de que el cáncer tenga tiempo de aparecer". Y se quejaba que "se genera tanta polución con industrias que no se pueden trasladar, transporte, generación de electricidad, que hace que los costos de transporte por unidad de residuos sólidos sean tan altos". Y continuó sosteniendo que "la preocupación por un agente que causa un cambio en 1 punto en 1 millón en las posibilidades de cáncer de próstata será, obviamente, mucho más elevada en un país en que la gente vive lo suficiente para contraer cáncer de próstata que en un país donde la mortalidad por debajo de los 5 años es de 200 por mil".
Lawrence Summer fue después Secretario del Tesoro del Presidente Bill Clinton y principal consejero económico de Obama. Se desempeñó en la Universidad de Harvard, donde van a estudiar la mayoría de los economistas latinoamericanos, que como buenos alumnos, toman nota de sus recomendaciones de llenar de veneno y muerte a los países pobres, de los que –por si algún desprevenido no se ha enterado- somos parte.
Así, mientras la mayoría de la gente está preocupada sobre cómo llegar a fin de mes o sobrevivir al estrés diario de la ciudad, estos señores dictan la muerte a nuestros recursos vitales: contaminando cielo, tierra, aire y agua cometen un geocidio que a este ritmo también terminará con la raza humana. ¿Parece exagerado? Hace veinte años el calentamiento global era sólo una teoría, y hoy lo vivimos en carne propia. ¿Reaccionará la humanidad antes de que el capitalismo consuma toda la vida?

Fuente: nominas.blogspot.com

Ecología y Salud

Por: Antonella Perasso y Lidia Perasso


DIGALE SI AL KIWI

El kiwi es una fruta tropical de efecto diurético y laxante, ideal para incluir en las dietas de aquellos que desean disminuir el peso.
Aporta vitamina C, antioxidante que reduce el riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares, degenerativas e incluso cáncer. También evita malformaciones fetales.
Esta fruta, de aspecto poco llamativo, aumenta la absorción de hierro por lo cual se recomienda en casos de anemia. Por su alto contenido en ácido fólico, es necesaria para las embarazadas, pues disminuye el riesgo de padecer espina bífida en los fetos. Su gran cantidad de fibra le confiere propiedades laxantes por lo cual está indicada para quienes padecen de estreñimiento. Tiene efecto saciante y posee pocas calorías por lo cual es requerida por quienes quieren perder peso.
Es recomendada para la hipertensión (presión arterial alta) y para los que padecen enfermedades cardíacas por su bajo contenido en sodio.
Es beneficiosa para el control de la glucemia en los diabéticos. Pero su gran aporte de potasio la convierte en la fruta ideal para quienes toman diuréticos ya que eliminan este mineral.
Por ser rica en luteína previene el cáncer, las enfermedades cardíacas y patologías tales como la degeneración macular y las cataratas causantes de ceguera.
El magnesio que contiene mejora el funcionamiento de los intestinos, nervios y músculos.
Recomendada para fumadores, bebedores y para los que poseen disminuidas sus defensas, a las mujeres que transitan la menopausia les reduce los sofocos.
Y como si esto fuera poco reduce el colesterol sanguíneo.
Por lo tanto, esta apetitosa fruta tropical es útil para casi todos. Sólo deben evitarla los que padecen insuficiencia renal.
Después de mencionar tantas virtudes y tan pocos defectos el kiwi es una fruta que vale más de lo que pesa.
Por eso, dígale sí al kiwi.

Fuente y consultas: lidiarosaperasso@yahoo.com.ar

Microrelatos

Breve aportación a la taxonomía del infierno
Miguel Ibáñez de la Cuesta


Los que alguna vez rechazaron el verdadero amor —el de los culebrones— por pereza, cobardía o cortedad rastrera, fueron condenados a vivir en las azoteas. No pueden bajar de ellas sin exponerse a graves peligros, puesto que les fue arrebatado el hábito de vivir a ras de tierra, que en otros tiempos fue para ellos un vicio, más que una necesidad o una costumbre.
No se suelen mostrar a la vista. Se les presiente a veces —un roce, una sombra, un ligero comezón en la nuca—, si uno se toma la molestia de subir a la azotea de su casa y fingir que cuelga la ropa despreocupadamente.
A veces cantan canciones tristes de cosaco desterrado, y suenan como si el viento revolviera las páginas de un libro de Amado Nervo o de Campoamor que alguien olvidó en un parque hace muchos años.
Aunque nadie los ha visto de frente, los estudiosos de Swedenborg y de Borges deducen que tienen cara de sábana vieja, un poco amarillenta por los costados y demasiado pálida en el centro. También se les supone arrepentidos, en algunos casos; aunque lo que les sucede a la mayoría de ellos es que están atacados de vértigo, simplemente.
Yo intenté componer un relato con esos personajes, pero lo único que me salía era un cuento inglés de fantasmas del siglo XIX, escrito en un inglés noble y victoriano que a mí, francamente, no me suena familiar, y si se tiene en cuenta que yo no sé inglés aún se comprenderá mejor lo violento que llegué a sentirme.
Lo volví a intentar y me volvió a salir el mismo relato —sospecho además que ya estaba escrito—, así que me conformé con una breve descripción que enviaré a alguna revista de geografía urbana o de turismo de aventura.


Fábula del hombre ilustre y la madeja de hilo
Miguel Ibáñez de la Cuesta


La primera palabra del hombre ilustre fue: mamá.
La última, apenas una exhalación en la que algunos creyeron reconocer el nombre de uno de sus personajes literarios; otros una grosería; otros un simple ¡ay! prolongado, esforzado y fatal.
Entre ambas palabras hubo una larga carrera de discursos, novelas, conferencias, solemnidades, declaraciones, vulgaridades, confesiones, hipocresías, lirismo, vanidades, palabras de amor, de odio y de estudiada indiferencia.
El hombre ilustre se había pasado la vida desenredando el laberinto de las palabras, como cuando uno se empeña en desenredar una madeja de hilo llena de nudos, simplemente porque el hilo y los nudos están ahí, exhibiendo malignamente su embrollo como un reto, para darse cuenta al final de que en realidad con un pequeño extremo le hubiera bastado para coser un botón.

Poesía porque sí

Hoy: Varieté!

Anarquismo

La noche y el caos forman parte de mi.
Me remonto al silencio de las estrellas.
Soy el efecto de una causa del tiempo,
del Universo [quizás lo excedo].
Para encontrarme, debo buscarme entre las flores,
los pájaros, los campos y las ciudades,
en los actos, las palabras y los pensamientos de los hombres,
en la noche del sol y las ruinas olvidadas de mundos hoy desaparecidos.
Cuanto más crezco, menos soy.
Cuando más me encuentro, más me pierdo.
Cuanto más me pruebo, más veo que soy flor
y pájaro y estrella y universo.
Cuanto más me defino, menos límites tengo.
Lo desbordo todo. En el fondo soy lo mismo que Dios.
Mi presencia actual contiene las edades anteriores a la vida,
los tiempos más viejos que la tierra,
los huecos del espacio antes de que el mundo fuera.

Fernando Pessoa
Animal cansado

Quiero un amor feroz de garra y diente
Que me asalte a traición a pleno día
Y que sofoque esta soberbia mía
este orgullo de ser todo pudiente.

Quiero un amor feroz de garra y diente
Que en carne viva inicie mi sangría
A ver si acaba esta melancolía
Que me corrompe el alma lentamente.

Quiero un amor que sea una tormenta
Que todo rompe y lo renueva todo
Porque vigor profundo lo alimenta.

Que pueda reanimarse allí mi lodo,
Mi pobre lodo de animal cansado
Por viejas sendas de rodar hastiado.

Alfonsina Storni

Para leer en forma interrogativa

Has visto
verdaderamente has visto
la nieve los astros los pasos afelpados de la brisa
Has tocado
de verdad has tocado
el plato el pan la cara de esa mujer que tanto amás
Has vivido
como un golpe en la frente
el instante el jadeo la caída la fuga
Has sabido
con cada poro de la piel sabido
que tus ojos tus manos tu sexo tu blando corazón
había que tirarlos
había que llorarlos
había que inventarlos otra vez.

Julio Cortázar

Las paredes dicen

En las ciudades, los muros representan la voz de quienes no pueden acceder a otros medios de expresión. Desde el anonimato –con humor, poesía e ironía– la gente imprime las ideas de todos y ninguno, voces que circulan por la ciudad, de boca en boca, y aparecen en cualquier pared, denunciando a la prensa que no informa, acusando al poder que traiciona o, simplemente, compartiendo metáforas colectivas.
Éstas son algunas pintadas que encontramos en las paredes de distintas ciudades.

¿Y si no me creen a quién le miento? (Quito, Ecuador)

Mi poncho no es antibalas. (Quito, Ecuador)

Gato que ladra, bilingüe. (Quito, Ecuador)

Silencio. Bebé durmiendo. (En el muro de una avenida céntrica de Quito, Ecuador)

¿Por qué nuestros sueños son sus pesadillas? (Quito, Ecuador)

¿De qué color son las cunas de los niños de la calle? (Quito, Ecuador)
 
Si las bombas caen del cielo, ¿no será Dios el terrorista? (Otavalo, Ecuador)

¿Educación o cajeros automáticos? (Bogotá, Colombia)

No es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho. (Bogotá, Colombia)

Ya tengo casa, perro y auto. ¿Ya puedo ser americano? (Cochabamba, Bolivia)

Me gusta cuando votas, porque estás como ausente.
(Facultad de Filosofía y Letras, B.A.)
 
¿Por qué si cárcel y prisión son sinónimos,
no lo son prisionero y carcelero? (Buenos Aires, Argentina)
 
Cuando los medios digan la verdad, las paredes callarán.
(Caracas, Venezuela)

¿Existe la vida antes de la muerte? (Buenos Aires, Argentina)

¿Por qué se suicidan las hojas cuando se sienten amarillas? (Quito, Ecuador)

No es una jaula vacía, es un pájaro libre.
(Parque El Desafío, Trelew, Chubut, Argentina)

Cabalga hacia el Sol con el alma de una luna. (Cuenca, Ecuador)

Los psicólogos saben qué hacer en cada caso menos en el suyo.
(La Paz, Bolivia)

El que no lucha por lo que quiere
no merece lo que desea. (Estación Darío y Maxi, Buenos Aires)

Nos mean y la prensa dice que llueve. (Buenos Aires, Argentina)

Si el voto cambiara algo, estaría prohibido. (Buenos Aires, Argentina)

¿Y si hay guerra y nadie va? (Bogotá, Colombia)

No soy un turista. Soy un nativo armado (En una camioneta 4x4 de Bogotá)

No podrán vallar la furia popular (Buenos Aires, Argentina)

¿Por qué sólo el mercado es libre? (Quito, Ecuador)

Sonríe. El Estado te controla. (Montevideo, Uruguay)


Fuente: www.latitudbarrilete.blogspot.com

lunes, 30 de agosto de 2010

Monserrat Cultural N° 34




Imagen de Tapa: “Inthetree” de Junglecookie

Editorial

“El estado mental del habitante de la ciudad moderna aparece en la tradición mitológica sólo bajo la imagen del Infierno: Sísifo, que por un tiempo había encadenado a Tánatos (la muerte), debe empujar una pesada roca cerro arriba hasta el pináculo del Infierno, y la piedra siempre se escapa de sus manos cuando está a punto de llegar a la cima. Tántalo, a quien los dioses invitaron a compartir la comida olímpica, y que aprovechó la ocasión para robarles el secreto de la preparación de la ambrosía que todo lo cura, sufre hambre y sed eternas, de pie en un río cuyas aguas se le escapan y a la sombra de árboles cuyos frutos no alcanza. Un mundo de demandas siempre crecientes no sólo es malo; el único término adecuado para nombrarlo es "Infierno".
El absurdo de las instituciones modernas se evidencia en el caso de la militar. Las armas modernas pueden defender la libertad, la civilización y la vida únicamente aniquilándolas. En el lenguaje militar, seguridad significa la capacidad de eliminar la Tierra.
El absurdo subyacente en las instituciones no militares no es menos manifiesto. No hay en ellas una palanca que active sus poderes destructores, pero tampoco lo necesitan. Sus dedos ya atenazan la tapa del mundo. Crean a mayor velocidad necesidades que satisfacciones, y en el proceso de tratar de satisfacer las necesidades que engendran, consumen la Tierra. Esto vale para la agricultura y la manufactura, y no menos para la medicina y la educación. La agricultura moderna envenena y agota el suelo. La "revolución verde" puede, mediante nuevas semillas, triplicar la producción de una hectárea -pero sólo con un aumento proporcionalmente mayor de fertilizantes, insecticidas, agua y energía. Fabricar estas cosas, como los demás bienes, contamina los océanos y la atmósfera, y degrada recursos irreemplazables. Si la combustión continúa aumentando según los índices actuales, pronto consumiremos el oxígeno sin poder renovarlo con igual presteza.”

La sociedad desescolarizada, Joaquín Mortiz

El texto citado es del año 1985, y sin embargo nada cambió desde ese entonces. La Humanidad sigue agotando los recursos del planeta, y las corporaciones y multinacionales gobiernan a su antojo mediante coimas y lobby a los supuestos representantes de la gente. El hombre, ciego y sordo de ambición, está automutilándose y no puede hacerse responsable de su destino. Sólo si cada persona es conciente del poder de cambio que hay en cada una y en todas, podremos salir de este pozo.
El editor

Ecología y Salud

Por: Antonella Perasso y Lidia Perasso

EL HOMBRE Y LA ENFERMEDAD

La aparición de enfermedades, su origen y una forma eficiente para curarlas ha desvelado al hombre desde que es hombre.
En un comienzo la enfermedad era atribuida a motivos religiosos o mágicos, por tal motivo los encargados de las sanaciones eran los brujos, sacerdotes y chamanes. Estos podían provocar el mal o también podían liberarlo de él.
A los antiguos egipcios les preocupaba las enfermedades y sus causas y también utilizaban medicamentos para curar las enfermedades aunque todo estaba mezclado con la religión. Sus conocimientos en búsqueda de la salud llegan hasta nuestros días a través de papiros médicos. El Papiro de Ebers data de 1550 años a.C. y aborda diversas enfermedades y su tratamiento. Incluso en él, se puede encontrar remedios para afecciones de la lengua y enfermedades de los dientes. En Grecia, se suponía que los dioses desde el Olimpo se divertían enviando flechas que causaban epidemias, enfermedades, accidentes, pestes y muertes a los mortales.
En la actualidad la consulta a brujos, curanderos y manosantas -con un pensamiento mágico contrario al racional-, se debe muchas veces a la falta de respuesta de la ciencia para identificar y curar algunas enfermedades, liberando a las personas de la angustia y la impotencia.
Toda enfermedad tiene su causa y hace 2000 años en Grecia, Hipócrates, padre de la medicina, consideraba la posibilidad de identificar lo que causaba las enfermedades.


Fuente y consultas: lidiarosaperasso@yahoo.com.ar

Poesía porque sí

Perceptario, de Sofía Arroñade
www.perceptariopoesia.blogspot.com

[sábado]

Adoro tu futón
y ese sacón de piel amarillenta
que usás los días nublados
y de frío.

Te persigo con la mirada,
por el patio en pantuflas
regando las plantas.
Te desordeno los bucles
y cerrás los ojos.
ay hermosura
ay primor mío
Tus gatos me odian
porque saben que me quiero quedar.

Soy dueña de algo
que no se puede tomar.

Una mutante caminata
huellas que se acumulan.


Al Ministerio de Espacios Verdes

Las plazas desiertas y encerradas
Llueve en Plaza Irlanda
Y es triste
No hay niños
No hay perros
No hay nada.

Las pelotitas de los paraísos
Se estallan en los charcos.
Para cuando vuelva el sol
todo se habrá podrido.

¿A veces yo soy gris?

Raíces gigantes se hunden
en los pocos espacios de tierra
que las benditas baldosas grises del gobierno
les dejan.
Han comenzado a plantar baldosas,
sólo para aumentar el frío de mi alma.

¿Llegará el tiempo en que me ardan las plantas de los pies?

Las plantas y flores que sobreviven son monstruosas.
Y aún así hermosean el paisaje.

Voy a romper mil puntas de lápiz
hasta encontrar lo que debo decir.

Microrelatos

Y todo por ser tan grande
José Luis Enciso

Érase un Dios tan grande, tan, tan grande, que desde la tremenda altura en la cual se hallaban sus ojos y sus oídos, le resultaba imposible ver y escuchar las imágenes y las voces de algunos hombrecitos que se arrastraban acercándose a Él —llenos de fe y esperanzados en rozar siquiera los pies de su Señor—, mientras que Éste, al caminar, aplastaba a tales hombrecitos sin darse cuenta, con una indeferencia de la cual no era culpable, sino víctima.

El peor de los acuerdos
Juan Carlos Muñoz

Domingo Faustino Andradas, natural de la ciudad de Famatina, harto un día de su pobreza y a punto de perder lo único que le quedaba, su equilibrio mental, le ofertó su alma al Diablo. (En toda la región del noroeste argentino, sólo se tiene memoria de un hecho similar, acontecido a mediados del siglo XIX, cuando un paisano vendió su alma al diablo a cambio de un tesoro de valor incalculable.)
Éste, confiando en la eterna codicia de los hombres, le concedió un deseo que cumpliría inexcusablemente a cambio de su alma. Un único deseo. Domingo Faustino Andradas, ni lerdo ni perezoso y avariento como ningún otro, eligió ser el diablo.
Desde aquel nefasto día en que hizo su peor trato, el demonio anda entre nosotros intentando recuperar su integridad.

Disolución
Andrew Bernal Trillos

Un hombre escribe una historia. Se esfuerza tanto en escribirla, que muchas veces se ha quedado dormido sobre los papeles. Pronto comienza a encontrar en la historia pasajes que no recuerda haber escrito; éstos, sin embargo, responden al plan de la obra. Se dice entonces que no recuerda haberlos escrito porque lo hizo más allá del umbral de la fatiga. En esos pasajes, algunos de sus personajes defienden, y otros refutan, la existencia de un Creador Supremo. El hombre vuelve a quedarse dormido sobre los papeles en una madrugada nebulosa, pero esta vez lo hace con el corazón tranquilo. Al despertar, descubre con alegría que su historia ya está concluida. Los personajes que no creen persiguen ahora a los que sí creen. Los van exterminando. Cuando el hombre lee que el último creyente ha sido asesinado, cae muerto.

De cómo responder bien a las malas preguntas
Miguel Ibáñez de la Cuesta

Aquella mujer cogió su tristeza, la dobló cuidadosamente, la metió en la bolsa de la basura, cerró la bolsa —no sin alguna dificultad, puesto que no todas las tristezas caben en una bolsa de basura de tamaño normal—, salió a la calle y tiró la bolsa en el contenedor.
Brillaba el sol y su vestido parecía nuevo. Curiosamente, el mundo también le parecía nuevo a ella. La calle relucía con un esplendor de cuadro recién pintado, los perros de la calle orinaban chorrillos de luz en las farolas y las viejecitas de la calle se encorvaban como un signo de interrogación trazado temblorosamente por un niño que estuviera aprendiendo a escribir.
Y ella misma se sentía resplandecer. ¿Qué te has hecho?, le preguntaban sus amistades. Pareces otra.
Nadie formulaba la pregunta correcta: ¿de qué te has deshecho?
Pero si la respuesta es buena, la pregunta es lo que menos importa.

Poesía porque sí

Hoy: Susana Thenon

MÁS ALLÁ

Remontar tu violento misterio
más allá de la sangre,
más allá del olvido,
lejos, hasta el confín del tiempo.
Saberte, amaneciendo
en la tarde sonora,
en el hondo sabor
de tus piernas,
irguiendo mi beso
en tu boca indefensa,
abriendo tus puertas,
lamiendo tus playas secretas
con furor de marea creciente.
Descubriendo la rosa en tu lengua,
tu roja bandera.
Arrancando de cuajo las horas,
naciendo en secreto.


HOY

Falo, corneta, rosa
del ángel-barro: el amor
ha obturado
sus vasos comunicantes.
Guardemos el incienso
para los veranos públicos.
Dios no funciona.

AQUÍ

Clávate, deseo,
en mi costado rabioso
y moja tus pupilas
por mi última muerte.

Aquí la sangre,
aquí el beso roto,
aquí la torpe furia de dios
medrando en mis huesos.

Al infinito ida y vuelta

Por: Ernesto Alaimo (www.ernestoalaimo.blogspot.com)

Escenas de un día cualquiera en la ferretería de los poetas

El patrón está solo tras el mostrador, abstraído en sus pensamientos. Mira vagamente los productos de superchería que han dejado los proveedores minutos atrás: ídolos varios, mujeres, tótems, peluches, calendarios, prendas cotidianas de seres ausentes. Los artículos de temor en caja aparte, con las severas advertencias “FRÁGIL” y “ESTE LADO ARRIBA”; las consecuencias de parar sobre su cabeza a tales productos pueden ir de la megalomanía y el optimismo hasta el materialismo dialéctico. Afortunadamente para todos los seres de esta tierra, nunca ha pasado.
Nada perturba el ocio del patrón. Instantes más tarde aparece un joven de mirada cándida y mejillas coloradas, que espera callado a que reparen en él. Esto todavía se hace esperar un tiempo, pero al fin el patrón posa sus ojos distantes en el cliente.
–Hola –nada le responden–. Ando buscando un pituto medio alargado que lleva como engarzada una chapita en forma de L, algo gruesa. Con rosca.
El patrón, que se encuentra algo cínico en este momento y ha olido al pichón, sonríe.
–Sí, sí, cómo no… Acompañame al depósito que te muestro.
Enseguida se incorpora el hombre y se encamina hacia el fondo; el joven se apresura a alcanzarlo, y juntos atraviesan un oscuro pasillo atestado de estanterías con cajones, pilas de mercaderías y peligrosos vértices metálicos. Luego, al costado de una puerta que parece dar a un lugar más claro, quizás con alguna ventana, descienden por una estrecha escalera que da a un lúgubre sótano. Hay en él una lámpara amarilla que cuando no parpadea arroja despojos de luz mugrienta, mortecina, que cansa rápidamente los ojos.
–Por acá, por favor –comenta el ferretero a la vanguardia, como para infundirle seguridad al joven que de todas formas no parece bastante inquieto.
–En casa de herrero cuchillo de palo, ¿no? –dice el joven queriendo bromear.
–¿Por qué lo decís? –repone el patrón mientras atraviesa trincheras, vallas y otros obstáculos para llegar a la puerta del otro lado.
–No, por la lámpara –se acobarda.
–Pero si yo no trabajo esos productos, ¿de qué herrero me hablás? “Los poetas” ¿qué te dice eso a vos? Esto tiene toda una ambientación, un concepto. Un sótano es por definición semioscuro, macilento, angustiante, incluso te diría sofocante, insalubre, maloliente. Tiene que estar mal iluminado. Si no ¿cuál es mi honestidad como comerciante? Es más: nosotros producimos cosas como ésas, tenemos nuestra pequeña industria.
Llegando ya a la puerta como quien llega al fin de un señuelo, el patrón sonríe.
–¿Querés ver?
El joven está completamente acorralado por las normas de una cortesía que jamás se atreve a rechazar.
–Sí, claro –dice y traga saliva.
Cruzan la puerta que lleva a un estrecho pasillo lleno de derivaciones, con el mismo exacto nivel de iluminación que antes. Mientras avanza lentamente, el patrón va enseñando cada puerta con manos, gestos y palabras.
–Ahí producimos paisajes en aerosol; es nuestra elaboración más sofisticada, la última que instalamos. Ése del otro lado es el cuarto de pruebas para las motosierras que estamos tratando de poner a punto y sacar a la venta. Cortan estrofas, versos, prosas, palabras, lo que sea, a diestra y siniestra. Medio a lo bruto, pero se usa, en estilos rústicos, coloquiales. Además, esto es industria nacional, y acá no se hacen más las cintas métricas, en las que elegías la métrica que se te antojara y chau.
Avanzan al siguiente par de puertas.
–Acá a la izquierda hacemos máquinas de escribir, las que usan los best sellers, ¿viste? Tienen varios moldes para elegir la trama y cierto carácter estilístico, y después bancos de palabras: uno de sustantivos, otro de adjetivos, etcétera. Elegís las opciones, la hacés funcionar y se pone a escribir. Las lleva la gente, y no se han quejado.
El joven se anima a asomar al cuarto: se ilumina pálidamente con los destellos de una soldadora; ve a tres hombres trabajando, colocando pilas de tablillas con palabras en distintas cavidades de una gran caja metálica, conectando cables de distintas placas halógenas, armando pieza por pieza una impresora.
–Bueno, también hacemos las piezas para las máquinas, que se venden como repuestos. En ésta otra hacemos tornillos artesanales, hechos a mano uno por uno, con una rosca única que diseñamos nosotros. Calidad superior. Eso sí: cuestan lo que valen. (sigue en página 4)
–¿Y para qué sirven?
El patrón se queda mirándolo fijo unos instantes, en completo silencio, y reanuda la marcha. El joven se siente humillado y guarda silencio por las dos puertas siguientes. Llegan a la última puerta, la frontal, la única con una verdadera puerta de madera y picaporte en vez de un simple umbral.
–Y ahora lo mejor.
Abre sonriente la puerta para entrar a una gran sala aún más oscura que el resto del sótano, ocupada por filas de pálidos sujetos sentados, con tubos cruzándoles el cuerpo, los cuales les introducen y extraen fluidos hacia recipientes erguidos a un costado. El joven se acerca con paso indeciso a ellos, azorado por la terrible visión, como queriendo refutarla al tacto que no tendrá agallas para usar.
–El producto más preciado y vital, la piedra preciosa humana y su savia motriz por excelencia: ¡la sangre!
En efecto, uno de los tubos que se conectan al cuerpo de los hombres inmóviles, huesudos y de mirada de insalvable agonía y agudo espanto, tiene un tono bermellón muy oscuro y espeso; sale del cuello de los desangrados e hincha la bolsa que regula por la presión el líquido extraído, deteniéndose rítmicamente para aguardar una nueva producción. Junto a ésa hay otra bolsa con suero, el cual fluye viscosamente hasta perderse dentro de las ropas.
–¡Alimento y arma de los viscerales, combustible voraz de los apasionados, condimento infaltable de comedias osadas, protagonista más que trillado pero jamás desplazado del terror, la acción, el drama, la sobornable pero insobornable al fin Muerte! ¿Qué podemos hacer sin ella? ¿Qué podríamos ser sin ella? A la vista o por lo bajo, explícita o implícita, literal o figurada, la sangre está en cada verso de un verdadero poeta, es la esencia, la fuerza, la pluma, la tinta y el canto. ¡Lo es todo! ¿Cómo entonces no dedicarse a producirla, para facilitarla a todos los perseverantes creadores que la ansían, que la necesitan como desesperados vampiros?
El joven empieza a oler algo feo en el ambiente, aunque a la vez trata de parecer interesado, y ya no por cortesía.
–Ajá… ¿y ellos la producen? –y se reprende inmediatamente por el comentario inoportuno.
–Desde luego son seleccionados para garantizar la calidad del producto; ahora están algo blanquecinos, gajes del oficio, pero al principio se los escoge por el color de sus mejillas, se ve a primera vista –el patrón toma un grueso palo que estaba apoyado contra la pared, sin ser visto por el joven, absorto en la imagen de los desangrados–, un buen ojo sabe encontrar lo que busca.
Le asesta un mazazo en la cabeza y el joven cae fulminado por el golpe proferido desde atrás. Un empleado que ha contemplado la escena se acerca para arrastrar el cuerpo hasta un asiento vacío del fondo.
–¿Lo ponemo´?
–¿Lo qué?

martes, 27 de julio de 2010

Monserrat Cultural N° 33



Imagen de tapa: Tom Waits, de Lora Height

Editorial

En el nombre de la Libertad. Por eso desde Monserrat Cultural celebramos y brindamos por el matrimonio igualitario. Porque la felicidad de cada persona tendría que ser así: sin iglesias ni estados de por medio que la regule. Todos tenemos el derecho de ser felices. Sin libertad y sin felicidad este camino que es la vida no tiene sentido.

El editor

Quienes son capaces de renunciar a la libertad esencial a cambio de una pequeña seguridad transitoria, no son merecedores ni de la libertad ni de la seguridad.
Benjamin Franklin

La libertad no consiste en tener un buen amo, sino en no tenerlo.
Cicerón

No se nos otorgará la libertad externa más que en la medida exacta en que hayamos sabido, en un momento determinado, desarrollar nuestra libertad interna.
Mahatma Gandhi

La libertad es como la mañana. Hay quienes esperan dormidos a que llegue, pero hay quienes desvelan y caminan la noche para alcanzarla.
Subcomandante Marcos

Yo soy libre solamente en la medida en que reconozco la humanidad y respeto la libertad de todos los hombres que me rodean.
Mijail Bakunin

Nadie puede ser perfectamente libre hasta que todos lo sean.
San Agustín

Ninguna fuerza doma, ningún tiempo consume, ningún mérito iguala, el nombre de la libertad.
Nicolás Maquiavelo

¿Se puede permitir el matrimonio entre católicos?

(Publicado en el suplemento Radar de Página/12)

Estoy completamente a favor del permitir el matrimonio entre católicos. Me parece una injusticia y un error tratar de impedírselo. El catolicismo no es una enfermedad. Los católicos, pese a que a muchos no les gusten o les parezcan extraños, son personas normales y deben poseer los mismos derechos que los demás, como si fueran, por ejemplo, informáticos u homosexuales. Soy consciente de que muchos comportamientos y rasgos de carácter de las personas católicas, como su actitud casi enfermiza hacia el sexo, o la defensa a ultranza de sus ministros pederastas o de sus arzobispos perseguidos por delitos económicos, pueden parecernos extraños a los demás. Sé que incluso, a veces, podrían esgrimirse argumentos de salubridad pública, como su peligroso y deliberado rechazo a los preservativos. Sé también que muchas de sus costumbres, como la exhibición pública de imágenes de torturados, o las insinuaciones de zoofilia entre una mujer y un palomo, puedan incomodar a algunos. E incluso el que no hayan condenado su pasado bañado en la sangre de víctimas a las que llamaban, según la época, infieles, herejes, rojos o liberales; o espolvoreado con las cenizas de científicos, curanderas (brujas) o simples enfermos mentales. Pero todo eso no es razón suficiente para impedirles el ejercicio del matrimonio. Algunos podrían argumentar que un matrimonio entre católicos no es un matrimonio real, porque para ellos es un ritual y un precepto religioso ante su dios, en lugar de una unión entre dos personas. También, dado que los hijos fuera del matrimonio están gravemente condenados por la iglesia, algunos podrían considerar que permitir que los católicos se casen incrementará el número de matrimonios por “el qué dirán” o por la simple búsqueda de sexo (prohibido por su religión fuera del matrimonio), incrementando con ello la violencia en el hogar y las familias desestructuradas. Pero hay que recordar que esto no es algo que ocurra sólo en las familias católicas y que, dado que no podemos meternos en la cabeza de los demás, no debemos juzgar sus motivaciones. Tampoco debemos juzgarlos si creen que la mujer es inferior al hombre, e indigna, por ejemplo, de ejercer el magisterio dentro de su secta o iglesia. Y aunque eso violente un principio básico de cualquier constitución civilizada, no por ello debemos ser con ellos tan estrictos como ellos intentan ser con los demás. Por otro lado, el decir que eso no es matrimonio y que debería ser llamado de otra forma, no es más que una forma un tanto ruin de desviar el debate a cuestiones semánticas que no vienen al caso: aunque sea entre católicos, un matrimonio es un matrimonio, y una familia es una familia. Y con esta alusión a la familia paso a otro tema candente del que mi opinión, espero, no resulte demasiado radical: También estoy a favor de permitir que los católicos adopten hijos. Algunos se escandalizarán ante una afirmación de este tipo. Es probable que alguno responda con exclamaciones del tipo de “¿Católicos adoptando hijos? ¡Esos niños podrían hacerse católicos!”. Veo ese tipo de críticas y respondo: Si bien es cierto que a los hijos de católicos, y al contrario que, por ejemplo, ocurre en la informática o la homosexualidad, los inscriben en su secta sin que hayan alcanzado la mayoría de edad, sin consultarles, y sin poder borrarse después, violentando la Ley de Protección de Datos, con el fin de obtener beneficios fiscales de difícil justificación, ya he argumentado antes que los católicos son personas como los demás. Pese a las opiniones de algunos y a los indicios, no hay pruebas evidentes de que unos padres católicos estén peor preparados para educar a un hijo, ni de que el ambiente religiosamente sesgado de un hogar católico sea una influencia negativa para el niño. Además, los tribunales de adopción juzgan cada caso individualmente, y es precisamente su labor determinar la idoneidad de los padres. En definitiva, y pese a las opiniones de algunos sectores, creo que debería permitírseles también a los católicos tanto el matrimonio como la adopción.
Exactamente igual que a los informáticos y a los homosexuales.

Ecología y Salud

Por: Antonella Perasso y Lidia Perrazo

LA CLAMIDIASIS UNA ENFERMEDAD DE TRANSMISIÓN SEXUAL FRECUENTE

La Clamidiasis es una enfermedad que se adquiere por relaciones sexuales anales, vaginales y orales. Es producida por una bacteria cuyo nombre científico es Chlamydia trachomatis que se instala en los órganos genitales, recto y garganta. La infección con esta bacteria puede no presentar síntomas o comenzar entre 7 y 21 días luego del contagio.
Algunos de los síntomas en la mujer son flujo vaginal abundante, ardor al orinar, fiebre, coito doloroso o sangrante. En el hombre produce picazón y secreciones penianas, ardor y necesidad urgente de orinar e incluso inflamación de testículos.
También puede haber secreciones, sangrado y dolor del recto si el contagio ha sido anal. El contagio de Chlamydia por vía oral provoca ardor en boca y lengua, dolor de garganta y úlceras en la boca.
En casos de mujeres infectadas puede contagiar al bebé durante el parto afectando con la bacteria los ojos y el aparato respiratorio del bebé.
Además puede producir embarazos fuera del útero –llamados embarazos ectópicos- y partos prematuros.
El avance de la enfermedad puede causar graves daños en el aparato reproductor femenino como infertilidad.
Se debe buscar las Chlamydias en análisis de orina o en cultivos de flujo en la mujer y en las secreciones penianas en el hombre. Se recomienda la consulta ginecológica anual para detectar la bacteria ya que muchas veces los síntomas son leves y se desconoce su presencia. El tratamiento indicado es con antibióticos. La infección por Chlamydia facilita el riesgo de adquirir otras infecciones. Hay tres veces más posibilidades de adquirir HIV pues la inflamación atrae a los glóbulos blancos que son los hospedadores del virus del SIDA.
PARA EVITAR EL CONTAGIO DE CHLAMYDEAS USAR PRESERVATIVO.

Fuente y consultas: lidiarosaperasso@yahoo.com.ar

Nada nos convence mucho en este mundo, sobre todo nuestra presencia en él.

Extraído del fanzine “LaToñoDomínguez”

Los cerros no son más sabios por tener más silencios bajo el sol o por cuantos cactus le conforman el pelaje y soban el lomo, nada de eso, los cerros guardan sus sabidurías en los recovecos, bolsillos, jorobas, puntas, formas, caídas y cavidades que construyen su identidad, está también el errado caso del mar que ilusoriamente es reducido a un reflejo del arriba, su color es como en los bípedos mera anécdota, sus huellas digitales están en las ondas, texturas que dan ganas de peñiscar, rayar con la uña con único afán de sentirla entre las carnes a las que el sol les da un manotazo y se desperdigan todas sus huellas.
Los hombros de una mujer y el filo de una cuchilla están hechos del mismo elemento, somos muy ingenuos y preferimos mirarnos la punta de nuestra estupidez.

El viaje es largo y fatiga mirar correr desesperados a los árboles, piedras, peñascos, adobes, postes, letreros, cables, cercas, sombras y malezas. Los ojos solo alcanzan a ver una parte (como en los retrovisores deberíamos tener un aviso también) no logro divisar sus rostros que se hacen líneas y formas alargándose tras el vidrio infame, deben tener asuntos importantísimos, inefables, terribles para desvanecerse así como lo hacen, corriendo quizás quien sabe de quien.

Nadie pretende hacerse famoso siendo un vagabundo, ermitaño tampoco los niños y niñas que se cubren la cara con una bolsa de plástico, quizás para dejar de mirar cuan malo es mas allá,quien debe robarle a los que creen ser ricos o a los ricos, el niño que no conocía otra vida, otra cultura, el que no fue funcional, el loco, el anómico, a quien le inventaron un nombre y lo mandaron a imprimir para la edición del día que viene, el que dentro de la oferta inmobiliaria debe elegir la cuneta, que no tiene, que no alcanza, que debe, que da risa, pena, lastima, asco, vergüenza ajena, el intruso, el malcriado, las putas, los maricones, tú, nosotros, bestias humanas, drogadictos, criminales,delincuentes, suci=s, hediond=s, impí=s. Ningun= pretende hacerse famoso cubriéndose el caracho por la ropa, por un mosaico siendo un niño o niña o por los ojos morbosos de todos los demás, por favor que alguien le avise esto a los que imprimen diarios, filman y fotografían para los medios, resguardando celosamente la imagen invisible de quienes les pagan el sueldo a esos que le pagan el sueldo a los que le pagan el sueldo con los mismos papeles que imprimen en el extranjero, con las mismas firmas rimbombantes de círculos y líneas enrevesadas, que adornan los mismos permisos para indignar, matar y perseguir a quien le desoiga, desapruebe o critique, a quien le manche su maquinita ya bien pulida luego de tantas eras de trayectoria, experiencia y prestigio, quienes no se conformen con el área verde, los pizarreños de la casa, la liquidación a fin de mes, el té, Las cuentas, el rayado de cancha, las leyes, las palabras, lo que siemprefueasí y no lo vamos a cambiar porque ya se ha intentado sin éxito. Los exitosos se exhiben por otros medios, a los que solo ellos logran acceder, mirando tras el espejo solamente, podríamos ver a los hijos del dueño avanzando por el escenario iluminado con el sol de la tarde, a pasos cortos y la cabeza rubiecita gacha afirmada por dos guardias, veríamos gracias a las cámaras de vigilancia a opus deis, masones, legionarios, empresarios, sicarios, saqueadores hinchándose los bolsillos inconmensurables, reconstruyendo la imagen de su ideal financierroñero lleno de sí mismos, a costa de... adivine.

No estamos vivos solo porque nos palpite bajo la piel un ritmo, ni juguemos todos nuestros días con el aire en nuestras bocas y narices, nos crezca el pelo. Dejemos a un lado los detalles que ya estamos muy adentro, siga que el camino esta cayéndose a pedazos, pierda cuidado, que para eso es que estamos vivos, deshágase como una lagrima que cae eterna, que nadie lo va a recortar.
Hay tiempo para armarse.

Al infinito ida y vuelta

Escenas de un día cualquiera en la ferretería de los poetas
Por: Ernesto Alaimo (www.ernestoalaimo.blogspot.com)

Un señor calvo, algo gordo, entró con aire preocupado.
–Buen día. ¿Tenés adjetivos para soldadora?
–¿Qué tiene que soldar?
–Mirá –dijo luego de un fuerte suspiro–. Tengo un sustantivo, que trae el hilo de la frase, ¿no? Es “aprendizaje”. Y después viene “`por tus manos”, que son las que enseñan, ¿me seguís? Y tengo que soldar el aprendizaje con las manos, con un adjetivo, de tres sílabas, que dé a entender que el aprendizaje lo dieron las manos.
–¿Probó con brindado, creado, etcétera?
–Sí… sí… pero no, no sirve eso, es muy flojo, traté y se despegaban a los diez segundos, y se me cortaba todo el hilo de la estrofa. No: yo necesito algo fuerte, intenso, que los suelde bien, ¿entendés? Tengo una soldadora de ésas de antes, ¿viste? Y vos le ponés uno de esos adjetivos berretas y no te los agarra. Por poco se me arruina cuando le puse ofrecido. Entraba, como antes va “aprendizaje”, ¿no?
–Espéreme un segundito que busco.
Durante la espera al cliente se le fue hinchando una vena del lado derecho de la frente.
–Aquí están. Tengo prendado, labrado (no sé si es compatible con tu soldadora), gestado, trabado, tramado, rendido, enredado, reunido, enlazado. De otra marca hay: tallado, bordado, calado, esculpido, grabado… No sé si alguno le sirve. Si no, tengo de la línea surrealista, que sueldan pero en arquito, ¿vio?, como dando un rodeo, un brinco en el hilo y vuelve, y ahí sigue derecho nomás.
–¿De ésos qué tenés?
–A ver: tengo tendido, tragado, cromado, soplado, bramado, arropado, cansado, ensopado, parlado, tronchado, limado, lanzado… bueno, hay más. Están mezclados con los lunfardos, ahora que veo. Uno especial, de mejor calidad en esta línea, que es un poco más caro, y le traería quizá problemas con la métrica, es vomitado.
–No, no, dejá, no me sirve eso. No, yo busco más para este lado…
Se quedó en silencio, cavilando, rumiando mentalmente cada vocablo ofrecido, especulando sobre su buen o mal funcionamiento.
–No, che, sabés que me parece que ninguno va a andar, no sé… Bueno, dejame que lo piense, y en todo caso vuelvo, ¿eh?
–No hay problema.
Antes de que el hombre saliera, el empleado, que se había quedado pensando, lo detuvo:
–Disculpe, señor: ¿no probó con soldado?
–¿Cómo dice?
–Claro: “aprendizaje soldado por tus manos”. ¿Eso no le sirve?
El hombre masticó unos instantes el adjetivo, y le gustó.
–Ahí está… –empezó a repetir con creciente alegría y volumen. Al fin, rió a carcajadas. Cuando se le pasó, le pidió un “soldado”, con una sonrisa soldada en el rostro.
El empleado anotó la palabra en un papel al que puso el sello de la ferretería.
–¿Cuánto le debo, amigo?
–No, deje, no es nada. No está en la lista de precios. Después me invita una observación. ¿Quedamos así?
–¡Pero cómo no! ¡Nos vemos! –dijo yéndose.
–Que tenga un buen poema.

lunes, 28 de junio de 2010

Monserrat Cultural N° 32


Imagen de tapa: Billy, de Lora Height

Editorial

Nos sentamos alrededor del fuego y vamos escuchando las voces del corazón, pasamos los sentidos por el corazón. Recordamos. Le preguntamos a la memoria que arde en el fuego… quién lo inventó, quién lo fue entregando de generación en generación, quien lo cuida, quien lo renueva, quien lo lee, quien lo enfría. Brindamos por el inicio de los tiempos. Brindamos por las fiestas que supieron resistir.
Celebramos y brindamos con el Inti Tataj, nuestro hermano sol.
Mapuches, collas, quechuas, aymaras, guaraníes, wichis, tobas, comechingones, quilmes, diaguitas, quom... distintos pueblos que, con sus diferentes creencias habitan este mismo territorio que pisamos. Así vamos conociendo en qué distintos tiempos brindará la rosa su flor. Así vamos sabiendo de otros calendarios y otros años nuevos inscriptos en la tierra y en los sueños de los pueblos que habitaron y habitan este país, y este continente, antes que todo el frío fuera desparramado por la conquista europea.
El solsticio de invierno, del 21 al 24 de junio según las regiones, señala la iniciación de un nuevo ciclo, que controla la naturaleza, el tiempo, las lluvias, la vida animal, vegetal y humana, de acuerdo con las creencias de los pueblos originarios del sur de nuestro continente. Por eso en esos días, se celebra el Año Nuevo. El Inti Raymi, para los pueblos andinos, el We Tripantu, para el pueblo mapuche, Ro’y Pyahu para los guaraníes.
Un nuevo ciclo significa sobre todo la posibilidad del encuentro, de la recuperación de energías, del compartir esperanzas.
Es también una manera de reconocernos en nuestra identidad. Los cambios que observamos en la naturaleza y en la vida, no están determinados por un calendario impuesto por los conquistadores y colonizadores, sino que son los cambios que podemos interpretar, si nos comunicamos con la naturaleza, si observamos el sol, si miramos la luna, si pisamos la tierra, si nos acercamos a las raíces de nuestra cultura rebelde.
De diversas maneras, se celebra en el continente la llegada del nuevo ciclo. No se trata de una mística arcaica, regresiva. Es el desafío de pensarnos como pueblos en relación con la naturaleza y con la vida, y sabernos pueblos vencidos, pero no derrotados.
Vencidos, por la prepotencia del poder, que incluso nos impuso un calendario, que nada tiene que ver con nuestra relación con la tierra, con la luna y con el sol. Vencidos, pero rebeldes. Porque nuestro corazón sí late en tiempo libertario. Porque nuestras raíces arrancadas buscan la tierra para volver a ser.
Descolonizarnos, es descubrir América, dice un grafitti en las paredes de nuestra ciudad. Por nuestra libertad.

Texto de Liliana Daunes

Microrelatos

Los Nadies
Eduardo Galeano

Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobre, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadie la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: Los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies; los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, re jodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen caras, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.


Crónica de la ciudad de La Habana
Eduardo Galeano

Los padres habían huido al norte. En aquel tiempo, la revolución y él estaban recién nacidos. Un cuarto de siglo después, Nelson Valdés viajó de Los Ángeles a La Habana, para conocer su país. Cada mediodía, Nelson tomaba el ómnibus, la guagua 68, en la puerta del hotel, y se iba a leer libros sobre Cuba. Leyendo pasaba las tardes en la biblioteca José Martí, hasta que caía la noche. Aquel mediodía, la guagua 68 pegó un frenazo en una bocacalle. Hubo gritos de protesta, por el tremendo sacudón, hasta que los
pasajeros vieron el motivo del frenazo: una mujer muy rumbosa, que había cruzado la calle.
- Me disculpan, caballeros --dijo el conductor de la guagua 68, y se bajó. Entonces todos los pasajeros aplaudieron y le desearon buena suerte.
El conductor caminó balanceándose, sin apuro, y los pasajeros lo vieron acercarse a la muy salsosa, que estaba en la esquina, recostada a la pared, lamiendo un helado. Desde la guagua 68, los pasajeros seguían el ir y venir de aquella lengüita que besaba el helado mientras el conductor hablaba y hablaba sin respuesta, hasta que de pronto ella se rió, y le regaló una mirada. El conductor alzó el pulgar y todos los pasajeros le dedicaron una cerrada ovación.
Pero cuando el conductor entró en la heladería, produjo cierta inquietud general. Y cuando al rato salió con un helado en cada mano, cundió el pánico en las masas. Le tocaron bocina. Alguien se afirmó en la bocina con alma y vida, y sonó la bocina como alarma de robos o sirena de incendios; pero el conductor, sordo, como si nada, seguía pegado a la muy sabrosa.
Entonces avanzó, desde los asientos de atrás de la guagua 68, una mujer que parecía una gran bala de cañón y tenía cara de mandar. Sin decir palabra, se sentó en el asiento del conductor y puso el motor en marcha. La guagua 68 continuó su recorrido, parando en sus paradas habituales, hasta que la mujer llegó a su propia parada y se bajó. Otro pasajero ocupó su lugar, durante un buen tramo, de parada en parada, y después otro, y otro, y así siguió la guagua 68 hasta el final.
Nelson Valdés fue el último en bajar. Se había olvidado de la biblioteca.