martes, 27 de septiembre de 2011

Monserrat Cultural Nº 45

Imagen de Tapa: “Estampas de Primavera”, de Feanne.

Editorial

Para este editorial tuve que achicar la letra. Pido disculpas a los que tengan que ir a buscar una lupa, pero no tuve opción. El texto que comparto a continuación ofrece mucho para pensar y creer en que aún se puede. Los dejo con “la metamorfosis”.

Elogio de la metamorfosis
Por Edgar Morin (Sociólogo y filósofo. Francia)


El objetivo ahora es salvar a la humanidad. Para ello urge cambiar nuestros modos de pensar y vivir. La idea de metamorfosis, más rica que la de revolución, aporta la esperanza en un mundo mejor
Cuando un sistema es incapaz de resolver sus problemas vitales por sí mismo, se degrada, se desintegra, a no ser que esté en condiciones de originar un metasistema capaz de hacerlo y, entonces, se metamorfosea. El sistema Tierra es incapaz de organizarse para tratar sus problemas vitales: el peligro nuclear, agravado por la diseminación y, tal vez, privatización del arma atómica; la degradación de la biosfera; una economía mundial carente de verdadera regulación; el retorno de las hambrunas; los conflictos étnico-político-religiosos que tienden a degenerar en guerras de civilización...
Se trata de potenciar la economía plural, social y solidaria, de fomentar las energías verdes. Una conciencia de que la Tierra es la patria común no es contraria al vigor de las colectividades locales.
Lo probable es la desintegración. Lo improbable, aunque posible, la metamorfosis. ¿Qué es una metamorfosis? El reino animal aporta ejemplos.
La oruga que se encierra en una crisálida comienza así un proceso de autodestrucción y autorreconstrucción al mismo tiempo, adopta la organización y la forma de la mariposa, distinta a la de la oruga, pero sigue siendo ella misma.
A partir del siglo XXI, se plantea el problema de la metamorfosis de las sociedades históricas en una sociedad-mundo de un tipo nuevo, que englobaría a los Estados-nación sin suprimirlos. Pues la continuación de la historia, es decir, de las guerras, por unos Estados con armas de destrucción masiva conduce a la cuasi-destrucción de la humanidad.
Aunque parece posible corregir ciertos males, es imposible frenar la oleada técnico-científico-económico-civilizatoria que conduce al planeta al desastre. Y sin embargo, la historia humana ha cambiado de vía a menudo.
Todo comienza siempre con una innovación, un nuevo mensaje rupturista, marginal, modesto, a menudo invisible para sus contemporáneos. Así comenzaron las grandes religiones: budismo, cristianismo, islam. El capitalismo se desarrolló parasitando a las sociedades feudales para alzar el vuelo y desintegrarlas.
De hecho, todo ha recomenzado, pero sin que nos hayamos dado cuenta. Estamos en los comienzos, modestos, invisibles, marginales, dispersos. Pues ya existe, en todos los continentes, una efervescencia creativa, una multitud de iniciativas locales en el sentido de la regeneración económica, social, política, cognitiva, educativa, étnica, o de la reforma de vida.
Son estas vías múltiples las que, al desarrollarse conjuntamente, se conjugarán para formar la vía nueva que podría conducirnos hacia la todavía invisible e inconcebible metamorfosis. Para elaborar las vías que confluirán en la Vía, tenemos que deshacernos de las alternativas reductoras a las que nos obliga el mundo de conocimiento y pensamiento hegemónico. Así es necesario, al mismo tiempo, mundializar y desmundializar, crecer y decrecer, desplegar y replegar.
La orientación mundialización-desmundialización significa que, si bien hay que multiplicar los procesos de comunicación y "planetarización" culturales, si bien necesitamos que se constituya una conciencia de "Tierra-patria", también hay que promover, de manera desmundializadora, la alimentación de proximidad, los artesanos de proximidad, los comercios de proximidad, las huertas periurbanas, las comunidades locales y regionales.
La orientación crecimiento-decrecimiento significa que hay que potenciar los servicios, las energías verdes, los transportes públicos, la economía plural -y por tanto la economía social y solidaria-, las disposiciones para la humanización de las megalópolis, las agriculturas y ganaderías biológicas, y reducir los excesos consumistas, la comida industrializada, la producción de objetos desechables y no reparables, el tráfico de automóviles y de camiones en beneficio del ferrocarril.
La orientación despliegue-repliegue significa que el objetivo ya no es fundamentalmente el desarrollo de los bienes materiales, la eficacia, la rentabilidad y lo calculable, sino el retorno de cada uno a sus necesidades interiores, el gran regreso a la vida interior y a la primacía de la comprensión del prójimo, el amor y la amistad.
Ya no basta con denunciar, hace falta enunciar. No basta con recordar la urgencia, hay que comenzar a definir las vías que conducen a la Vía.
La verdadera esperanza sabe que no es certeza. Es una esperanza no en el mejor de los mundos, sino en un mundo mejor. "El origen está delante de nosotros", decía Heidegger. La metamorfosis sería, efectivamente, un nuevo origen.

El editor

Poesía

Antiguas cenizas

Holocausto en tu piel,
que se quebrante tu silueta en la mía,
tus manos en las mías en un nudo de azar;
desierto de tus poros quiero recorrer,
uno a uno...

Antiguas cenizas descendientes de la tierra,
resucita en mí la tierra arrasada de tus besos.
Austera o sin recelo, déjame disgregar mis dedos
sobre tu cuello,
sobre tus senos olvido y otoño quiero ser.

Inquebrantable bosque de deseos,
frescura abierta son tus labios,
derrama en silencio el panal de la eternidad,
somos la continuación de la existencia;
deshabitada la noche en ti gime
cuando volatizas el lúgubre deseo.

Voz imperceptible, soneto grave
si muero en tu voz, anclado a tu piel
como un barco de papel...si muero en ti,
déjame partir hasta el desierto,
Inmovilízame para siempre en tus ojos,
atízame abrazando el cielo de tu cuerpo.

Si vivo en ti, plenitud, infinito, errante,
polvo de trigo en tus caderas,
en la cúspide y a la grupa descubriendo continentes,
arando centaura mía la tierra de tu piel
quiero erigir una estatua fortificada de besos y pasión
Si vivo, solo en ti centaura mía,
Tierra de pasión, solo en ti quiero igual morir.

Gildardo Gutiérrez Isaza

La asfixia me arropa, ciudad desentiéndeme
de tu cansancio.
Estuve mirando desde un salón como
se pudre el mediodía por tu caravana
de hormigas públicas.
Aunque el resquemor de perderte me
hinque en tus calles, lengua de brea.
Cuando alumbra el sol, tu hocico
es una ventana por donde se observa
las huellas del colibrí
somos un matrimonio pasado por el azogue,
vivimos para hacernos felices a la fuerza.

Christian Arteaga


Si parece que fue ayer

Nací en este Buenos Aires
en un gran Barrio Porteño
fue reducto mazorquero
el barrio de Montserrat.

Pasé aquí mi adolescencia
fui feliz, no lo sabía
hasta que llegó un buen día
que partí sin avisar.

Tenía aún toda la vida
como se ha pasado el tiempo
no me di casi ni cuenta
si hasta me cuesta creer

Hoy de nuevo en Buenos Aires
lo he encontrado tan cambiado
como se ha pasado el tiempo
si parece que fue ayer.

Tantos y tantos recuerdos
mis amigos y mi casa
los domingos en la Iglesia
a ver si ella al fin me miraba.

Todo eso pasó por mi mente
nada nunca iba a volver
como se ha pasado el tiempo
si parece que fue ayer.

Guillermo R. Comas

XII
¿Quién seré mañana?
luego de mirar la ciudad sonámbula
arrepintiéndose de ser tan bella con los poetas.

¿Quién?
cuando las manos se tornen vacías
y no haya rastro de luz entre los dedos,
y las calles me hagan temblar con sus ruidos y su gente,
cuando me quieran poco por haber herido
y se hayan salvado mis amigos del naufragio
en una hora difícil sin colores ni rosas.

¿Quién podrá descifrarme en silencio la melodía de las estrellas?
mañana cuando tantas muertes me hayan golpeado,
y tenga miedo de todo, inclusive de mí.

Carlos Luis Ortiz

Microrelatos

La bolsa de tiempo
Por: Oscar Fortuna


Elmo y Habkir se bamboleaban aquella mañana sonrientes. Habían salido ilesos una vez más de una noche llena de los sabores exquisitos y embriagantes de la fiesta del emperador. Como degustadores de la comida del divino déspota disfrutaban de los manjares más suculentos, aunque siempre el velo de la muerte sobrevolaba en sus alientos. Por eso siempre volvían a sus casas embriagados de victoria: le habían sacado un día más a la muerte. Solían despertar a los cortesanos con sus cantos burlescos, y esa mañana venía con el agregado de una reyerta por una bolsa. Ambos solían ponerse belicosos con la bebida, y cualquier excusa era buena para el pleito.
La suerte quiso que esa mañana el emperador los encontrara tironeando de la arpillera mientras la gente hacía un círculo alrededor de los borrachos:
–¡Basta! ¿Qué hay en esa bolsa que merezca semejante lucha? –preguntó el déspota.
Ambos sirvientes se enderezaron, recuperados repentinamente de la resaca por el susto:
–Su excelencia, he guardado aquí mis más gratos recuerdos; desde el árbol que trepaba de niño, mi perro y las frutas robadas, hasta el primer beso con aquella muchacha –respondió Elmo.
Ante la media sonrisa del rey, Habkir no quiso ser menos:
–Emperador, todo lo que este miserable ha dicho es mentira, aquí dentro está el futuro que me espera, lleno de los árboles que no pude trepar, del perro que no tuve y las frutas que no saboreé, hasta la muchacha que me espera con sus besos.
El emperador tomó la bolsa a fin de terminar con la disputa, y entre las risas de la gente que acusaba de locos a los contendientes lo sorprendió desde el fondo de la bolsa la cáscara de un huevo roto. Riendo a carcajadas dejó ir a sus siervos y se guardó la bolsa. Además del huevo, el rey de reyes encontró la eternidad que hacía tiempo estaba buscando, y que Elmo y Habkir no habían sabido ver, anhelando uno su pasado y otro su futuro, pasando por alto lo más importante: el presente.

"-Las cosas que vemos -dijo Pistorius con voz apagada- son las mismas cosas que llevamos en nosotros. No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos vive tan irrealmente; porque cree que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, desde luego. Pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino de la mayoría. Sinclair, el camino de la mayoría es fácil, el nuestro difícil. Caminemos."

Demian - Hermann Hesse

"La torre de babel nos dice a nosotros, arquitectos, que construimos con el significado y a través del significado, con palabras y a través de las palabras. La confusión no es tanto un obstáculo que aparece al final, sino la materia misma con la que construimos nuestras torres. Los mitos nos ayudan sólo cuando podemos invertirlos. Todos somos como Prometeo, castigados; debemos encontrar entonces aquel acto heroico que justifique el castigo. Todos recibimos la confusión de lenguas (y no son las lenguas extranjeras las que nos atormentan, sino que nuestra propia lengua natal nos esconde las palabras apropiadas para decir lo que somos o lo que queremos). Debemos entonces aceptar la confusión y partir desde el final del mito para ir hacia el principio, hasta encontrar la ambición extrema que haga justa la condena".

“La sexta lámpara”, Pablo De Santis, Cap. XXX

Cuando los pensamientos nos enferman o nos complican la vida

Juan estaba enamorado de Claudia, hasta demasiado se diría a juzgar por el grado de dependencia que había desarrollado hacia ella. Pero un día, inesperadamente, Claudia le dijo que quería cortar la relación. Juan quedó perplejo, tambaleó, pero se repuso. Y se olvidó de todo. Al menos eso parecía. Evitaba pensar en lo sucedido, tomaba cerveza con amigos cuando la tristeza amagaba aparecer, no lloró... aquí no ha pasado nada, se dijo.
¿Y esta mancha en la mano, de que será? La mancha se extendía y recrudeció, casualmente, cuando intentó una nueva relación con otra mujer. Le dijeron que era soriasis y lo medicaron. Pero no se iba..
Cuando atravesaba situaciones emocionales que inconscientemente conectaban con el dolor escondido de su experiencia pasada, la soriasis lo invadía, luego solo quedaba una marca. Casi un recordatorio. Pero eso sí, de Claudia no se acordó nunca más.
Tendemos a considerar como cosas totalmente aisladas al cuerpo y a las emociones. Vemos las enfermedades físicas como simples desajustes de una maquinaria susceptible a los ataques externos como virus, bacterias, condiciones climáticas o accidentes, pero habitualmente no evaluamos la implicancia de los factores psíquico-emocionales y de los pensamientos, en el surgimiento o la evolución de una cierta enfermedad, o en los acontecimientos de la vida. En la época actual, la vida anímica, el mundo de lo interno, se encuentra desprestigiado y desvalorizado. El énfasis está puesto en la adaptación a las condiciones de la vida laboral y profesional, a la consecución de metas y logros, a la competencia para conseguir un ascenso, a una actitud constante alerta y tensa. Esta es una de las condiciones que favorecen la aparición de las denominadas enfermedades psicosomáticas que lejos de ser las clásicas (asma, úlcera, colitis...) puede referirse a cualquier dolencia. Actualmente hay una enorme y rápida categorización de algunas de ellas como ‘depresión’ o ‘ataque de pánico’. Este último ya fue descripto a principios del 1900 por Freud, con el nombre de ‘ataque de angustia’. Ambas suelen ser tratados rápidamente con medicación, sin detenerse a observar los motivos de su aparición.
Existe la falsa creencia de que si ignoramos las emociones que nos provocan sufrimiento, nos volvemos más fuertes, el malestar desaparecerá y olvidaremos lo sucedido. En general ocurre lo contrario. El suceso-pensamiento-emoción que escondemos, desconociéndolo, genera sus efectos. Es posible tomar otro sendero.
Revisar las creencias y puntos de vista que funcionan en nosotros, aunque no sepamos cuáles son, y que se activan frente a los acontecimientos de la vida, como el fin de una o pareja, un despido laboral, un accidente. Cuestionar las afirmaciones que hacemos de nosotros mismos, esos pensamientos que nos decimos en silencio (por ej. ‘siempre tengo mala suerte’ o ‘me toman de tonto porque soy bueno’, o ‘soy débil’) y que dirigen nuestra vida sin que lo sepamos. Una enorme cantidad de elecciones que hacemos en la vida se derivan directamente desde la posición subjetiva en que estamos ubicados en función de esos ‘pensamientos silenciosos’.
La sensación de sentirse traicionado por el destino, cristalizada en la pregunta ¿por qué tenía que tocarme esto a mí? no suele llevar a ningún lado. En cambio preguntarnos sobre lo que nos sucede, sobre todo cuando son experiencia que se reiteran a lo largo de la vida, puede abrir puertas a un modo de vivir más pleno y con menos sufrimiento.


Lic. Héctor Frattini (psicólogo – psicoanalista) M.P. N° 19849 - Tel : 4374-3863
hectorfrattini@yahoo.com.ar

Ecología y Salud

¿Quiénes son los pobres?

Sin olvidar el drama de millones de personas que sufren escasez de agua, alimentos y medicinas, la mayoría de la gente tiende a utilizar un baremo consumista para medir la pobreza. Desde nuestro punto de vista, el campesino de Bután que vive de sus cultivos y del trueque sería considerado pobre de solemnidad, por mucho que su país exhiba un elevado índice de Felicidad Interior Bruta.
Sobre el concepto de pobreza, hay una lúcida fábula de autor desconocido. Cuenta que el padre de una familia muy rica llevó a su hijo de viaje a una comunidad indígena con el expreso propósito de mostrarle cómo viven los pobres. Estuvieron un par de días y noches alojados en la granja de lo que se podría considerar una familia muy pobre. A la vuelta del viaje, el padre preguntó a su hijo qué le había parecido la experiencia y si se había dado cuenta de cómo vivían los pobres para valorar más lo que tenía en casa.
El niño respondió que le había encantado el viaje y que ahora ya sabía cómo vivían los pobres. Cuando el padre le pidió que especificara lo que había aprendido, el pequeño enumeró así lo que había visto:
“Nosotros tenemos un perro y ellos tienen varios.
Nosotros tenemos una piscina que ocupa la mitad del jardín y ellos tienen un arroyo que no tiene fin.
Nosotros hemos puesto faroles en nuestro jardín y ellos tienen las estrellas por la noche.
Nuestro patio es tan grande como el jardín y ellos tienen el horizonte entero.
Nosotros tenemos un pequeño trozo de tierra para vivir y ellos tienen campos que llegan hasta donde nuestra vista no alcanza.
Nosotros tenemos criados que nos ayudan, pero ellos se ayudan entre sí.
Nosotros compramos nuestra comida, pero ellos cultivan la suya.
Nosotros tenemos muros alrededor de nuestra casa para protegernos, ellos tienen amigos que los protegen.”
El padre del niño quedó boquiabierto. Finalmente, su hijo añadió:
“Gracias, papá, por enseñarme lo pobres que somos.”