lunes, 27 de junio de 2011

Editorial

Las experiencias generan más felicidad que comprar cosas.
Ya todos sabemos que el consumo desmedido produce derroche de energía y más basura en un planeta al borde del colapso. En su lugar, se propone la elección de experiencias sobre cosas: en vez de regalar un nuevo televisor, por qué no invitar a una cena o a un fin de semana de relax.
Estudios diversos respaldan estas premisas, comprobando que las experiencias pueden dar más felicidad que las cosas. Cuando compramos algo material, nos angustia pensar en qué otra cosa podríamos haber comprado, mientras que con una cena o un masaje el disfrute no es interrumpido por pensamientos o acciones basados en cálculos. Con las experiencias, sea compartiendo un asado con amigos, una salida al teatro o simplemente un paseo por el parque  nuestro cuerpo y mente se relajan y pueden recurrir a esa experiencia en el recuerdo, recuperando la sensación. En el caso de la compra de objetos, la sensación gratificante dura mucho menos en comparación con la experiencia compartida, y casi nadie relaciona el recuerdo de una compra como un hecho al que recurre en momentos difíciles.
Los estudios concluyen con algo que muchos saben, pero pocos llegan a comprender o vivirlo realmente. La idea se podría resumir en una frase del Indio Solari: “vivir, solo cuesta vida”.
Entonces, la próxima vez que te sientas ansioso, en vez de ir al kiosko a comprar una golosina o cigarrillos, probá dar una vuelta por un parque o una plaza, o poné un disco de la música que te guste y tomate el tiempo para escucharlo tranquilo. Quizá ese momento baste para entender que a veces es mejor dejar un vacío dentro nuestro para que nuevas experiencias y emociones nos sorprendan gratamente.

"No es fácil ser un hombre libre, huir de la peste, organizar encuentros, aumentar la capacidad de actuación, afectarse de alegría, multiplicar los afectos que expresan o desarrollan un máximo de afirmación. Convertir el cuerpo en una fuerza que no se reduzca al organismo, convertir el pensamiento en una fuerza que no se reduzca a la conciencia..."
G.Delleuze
“La tristeza, los afectos tristes (…) disminuyen nuestra potencia de obrar. Y los poderes establecidos necesitan de ellos para convertirnos en esclavos"
G.Delleuze

El editor

2 comentarios:

  1. A mi me gusta comprar libros. No se si son algo material.

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  2. Hola Catriel, a mí también me gusta comprar libros y no los cambio por ebooks. Vale decir que el editorial apunta al consumo compulsivo como una manera de llenar otras necesidades intelectuales o espirituales. Comprar libros, si son para leer y no para ostentar, implican la siempre alucinante experiencia que ofrece la lectura de un buen libro. Es otra forma de viajar también, no?

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