martes, 27 de abril de 2010

Ecología y Salud

Por: Antonella Perasso y Lidia Perrazo
También hay bacterias buenas

Hay un conjunto de bacterias que viven en nuestro intestino, la mayoría no son dañinas, muchas son beneficiosas y otras pueden llegar a ser perjudiciales. Incluso muchas especies animales dependen muy estrechamente de su flora intestinal, ya que sin esos microorganismos las vacas no serían capaces de digerir la celulosa, ni las termitas alimentarse de madera. En el ser humano ayudan a la absorción de nutrientes, son imprescindibles para la síntesis de la vitamina K y B, fortalecen el sistema inmune, inhiben la proliferación de bacterias nocivas, eliminan sustancias tóxicas y presentan efectos anticancerígenos.
El intestino de los fetos no posee bacterias pero es colonizado por ellas rápidamente al nacer. Primeramente a partir de la flora vaginal y gastrointestinal de la madre, posteriormente, aparecen las bifidobacterias favorecidas por la leche materna. Luego la flora va cambiando durante el crecimiento hasta que el individuo se convierte en adulto.
Esta flora es influenciada por diversos factores que la afectan negativamente como el envejecimiento, dieta, estrés, antibióticos y tipo de alimentos.
Los géneros de bacterias más investigados son el Lactobacillus y el Bifidobacterium. A comienzos del siglo XIX, el microbiólogo francés Tissier reconoció el efecto beneficioso del Bifidobacterium.
El género Bifidobacterium es típico de la microbiota que predomina en el tracto digestivo humano y su población es muy estable. Los Lactobacillus son fluctuantes por tal motivo deben ser ingeridos diariamente para obtener sus beneficios.
Los Probióticos son bacterias que al ser administradas en dosis adecuadas ejercen funciones benéficas, por eso es necesario consumirlos diariamente. Su capacidad de resistir las secreciones digestivas les permiten llegar al intestino donde se desarrollan, lo colonizan transitoriamente y se pierden por materia fecal.
Los lácteos enriquecidos con lactobacilos equilibran la flora intestinal, mejoran el estado inmunológico y reducen el riesgo de contraer cáncer de colon.
Estas bacterias se utilizan en Japón desde hace más de 70 años y el Dr. Minoru Shirota fue el primero en incorporarlas a un alimento.
Por tal motivo busque en la etiqueta de los lácteos, los Lactobacilos casei, defensas y shirota e ingiéralos todos los días. Así tendrá una mejor calidad de vida.

Fuente y consultas: lidiarosaperasso@yahoo.com.ar

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