miércoles, 29 de septiembre de 2010

Así nos quieren desde arriba

Por: Ajíbrujo
Laurence Summer fue Vicepresidente del Bco. Mundial en la década del 90. y presentó un memorando interno cuando se gestaba la preparación de la "Cumbre de la Tierra Eco 92" en Río de Janeiro.
En ese memorando interno preguntaba ¿no debería el Bco. Mundial alentar una mayor transferencia de Industrias sucias al Tercer Mundo?
Y continuaba: "numerosos países se encuentran muy limpios por lo que sería lógico que recibieran industrias sucias y residuos industriales, ya que tienen una mayor capacidad de absorción de contaminantes sin que se produzcan grandes costos".
Summer liga estos costos "al aumento o retroceso de la mortalidad". Desde este enfoque economista "una cierta cantidad de contaminación perniciosa debería ser realizada en países con costos más bajos, con menores salarios, por lo que las indemnizaciones a pagar por los daños serán también más bajas que en los países desarrollados." Opinaba que esta lógica "es impecable y debemos tenerla en cuenta". Agregó que "las sustancias cancerígenas tardan muchos años en producir sus efectos, por lo que estos serán menos llamativos en los países con una expectativa de vida baja, es decir, en los países pobres donde la gente se muere antes de que el cáncer tenga tiempo de aparecer". Y se quejaba que "se genera tanta polución con industrias que no se pueden trasladar, transporte, generación de electricidad, que hace que los costos de transporte por unidad de residuos sólidos sean tan altos". Y continuó sosteniendo que "la preocupación por un agente que causa un cambio en 1 punto en 1 millón en las posibilidades de cáncer de próstata será, obviamente, mucho más elevada en un país en que la gente vive lo suficiente para contraer cáncer de próstata que en un país donde la mortalidad por debajo de los 5 años es de 200 por mil".
Lawrence Summer fue después Secretario del Tesoro del Presidente Bill Clinton y principal consejero económico de Obama. Se desempeñó en la Universidad de Harvard, donde van a estudiar la mayoría de los economistas latinoamericanos, que como buenos alumnos, toman nota de sus recomendaciones de llenar de veneno y muerte a los países pobres, de los que –por si algún desprevenido no se ha enterado- somos parte.
Así, mientras la mayoría de la gente está preocupada sobre cómo llegar a fin de mes o sobrevivir al estrés diario de la ciudad, estos señores dictan la muerte a nuestros recursos vitales: contaminando cielo, tierra, aire y agua cometen un geocidio que a este ritmo también terminará con la raza humana. ¿Parece exagerado? Hace veinte años el calentamiento global era sólo una teoría, y hoy lo vivimos en carne propia. ¿Reaccionará la humanidad antes de que el capitalismo consuma toda la vida?

Fuente: nominas.blogspot.com

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