miércoles, 29 de septiembre de 2010

La poesía

Por: Liliana Bodoc



La poesía es un modo de la desobediencia. Llega si quiere, pero nunca tarde. Se coloca su máscara inaudita, se calza sus altos, merecidos zapatos. Y ya no se parece a nadie.
La poesía tiene una voz de arena y otra de piedra, tiene una voz de escándalo de plaza y una voz de secretos junto al fuego. Y en el canto las mezcla, diciendo y desdiciendo, con hebras negras y con hebras blancas. Hace en un verso y en el otro deshace; afirma y niega con las mismas palabras.
Porque su obligación no es la verdad. No es la admonición ni la plegaria... La poesía no tiene otro deber que ser un atentado contra el miedo, ni más obligación que estremecernos como el último acorde que suena en el final gastado de una noche.
Ir contra la quietud..., hostigar el equilibrio del estanque buscando que todo se transforme en río. Navegar es el primer asunto del poeta. Y nosotros, parados en la orilla, queremos construirnos una balsa, soltar amarras y desobedecer de cara al horizonte.
Porque también vivir, porque también morir deben ser modos de la desobediencia.

Fuente: elartedelosconfines.blogspot.com

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