sábado, 26 de abril de 2014

Carta abierta del Sindicato de Obreros Portuarios a la poetisa Emily Dickinson




Señora Dickinson, porque sabemos ser corteses, en ocasión de que la hija del compañero García le comentara unos versos suyos que oyó en la escuela:

Multiplicar los muelles
no disminuye el mar.

El compañero los trajo a la asamblea. Por un lado estamos con elecciones en el sindicato y, por otro, en plena negociación con la patronal, ¿me entiende?
- ¿A qué se mete ésta? alzó la voz más de uno.
En este país, señora Dickinson, hay treinta mil obreros portuarios, treinta mil familias… no es que los puertos dan lo mismo, ¿me entiende?
- ¡Si la Dickinson quiere decir que el misterio es irreductible que lo diga así y listo!
- ¡Si la pena no se alivia con palabras ni poemas… que lo diga así! ¡¿Para qué nos empioja a nosotros?!
Apoyaron otros compañeros.
- Si ella estuviera en un algo de poesía y le caemos a decir: “Bla bla bla bla bla…” , mientras leen, no les gustaría.
Ahí hubo que calmar a los compañeros, no sé si me explico. Algunos ya se estaban parando, nos llevó un rato.
- Además el mar seguirá igual de grande, pero de los puertos salen embarcaciones para navegarlo (aplausos)… gracias a los puertos hay dónde lanzarse a la mar (más aplausos)… y tener un lugar de regreso,(más y más aplausos)… gracias a los puertos el mar… el mar sigue igual de grande… pero es un mar amigo.
Ahí los compañeros se pusieron de pie con los ojos envueltos en lágrimas… porque todos tenemos algún compañero que murió en una tempestad, ¿me entiende? Ahí uno siente que ni los barcos, ni los puertos, ni nada ayuda nada.
Pero, entonces, un compañero preguntó si eso no venía a ser lo que usted dice de las palabras y la vida o del misterio. Se produjo como un murmullo. Se leyó de nuevo, y se hizo un silencio que ni le digo.
Y mire que los compañeros son gente acostumbrada al trabajo rudo, no sé si me explico. Y ahí los tenía, Emily, con la cabeza baja, las manos cruzadas al frente. En ese mar de silencio,perdón si me meto en lo suyo, todos nos incorporamos, y un compañero, con un puño en la garganta, que en nuestro medio podría ser otra cosa, pero me refiero a que con la voz emocionada pronunció:
- No… aumentar los puertos no disminuye el mar.
Como diciendo que uno busca una seguridad que es imposible, y uno se engaña, Emily, nos la jugamos igual todos los días.
- ¡Viva la compañera Dickinson!
Gritó otro, y la asamblea le dedicó un aplauso de brazos alzados. Y es por lo que se le extiende la presente, Emily, como testimonio a su sensibilidad hacia la lucha cotidiana y la vida de un trabajo como el nuestro, que nunca se reconoce. Y por resolución F233/12 se la incorpora en las firmas documentales.
Con respeto la saluda
Faustino Gasso
Prosecretario Adjunto del Sindicato Nacional de Obreros Portuarios
Multiplicar los muelles
no disminuye el mar.

Luis Pescetti

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