lunes, 28 de febrero de 2011

Editorial

Un nuevo año, y un nuevo otoño. Las hojas caen -y también algunos árboles- con los golpes de la sudestada. Las noticias se repiten como cada año: árboles caídos, inundaciones, robos, políticos prometiendo, gente riendo sin gracia y mucha otra gente llorando sin lágrimas. Nada mejor que una poesía para darle aire a este año de campaña electoral:

La carga

Mi cuerpo estaba allí... nadie lo usaba.
Yo lo puse a sufrir... le metí un hombre.
Pero este equino triste de materia
si tiene hambre me relincha versos,
si sueña, me patea el horizonte;
lo pongo a discutir y suelta bosques,
sólo a mí se parece cuando besa...
No sé qué hacer con este cuerpo mío,
alguien me lo alquiló, yo no sé cuándo...
Me lo dieron desnudo, limpio, manso,
era inocente cuando me lo puse,
pero a ratos,
la razón me lo ensucia y lo adorable...
Yo quiero devolverlo como me lo entregaron;
sin embargo,
yo sé que es tiempo lo que a mí me dieron.

Manuel del Cabral

El editor

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