miércoles, 8 de octubre de 2014

Reflexiones


“El placer no está en follar, es igual que con las drogas. A mí no me atrae un buen culo, un par de tetas o una polla así de gorda. Bueno… no es que no me atraigan, claro que me atraen, ¡me encantan! pero no me seducen. Me seducen las mentes, me seduce la inteligencia, me seduce una cara y un cuerpo cuando veo que hay una mente que los mueve que vale la pena conocer. Conocer, poseer, dominar, admirar.
La mente, hache. Yo hago el amor con las mentes. ¡Hay que follarse a las mentes!”
De la película “Martín H”

Muchos de los que viven merecen morir y algunos de los que mueren merecen la vida. ¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.
El señor de los anillos: La comunidad del anillo (J. R. R. Tolkien)

“Para mí la esperanza es una cosa que tengo cuando me despierto, que pierdo en el desayuno, que recupero cuando recibo el sol en la calle y que después de caminar un rato se me vuelve a caer por algún agujero del bolsillo. Y me digo: ¿Dónde quedó la esperanza? Y la busco y no la encuentro. Y entonces, aguzando el oído, la escucho ahí, croando como un sapito minúsculo, llamándome desde los pastos.
La tengo, la vuelvo a perder. A veces duermo con ella y a veces duermo solo. Pero yo nunca tuve una esperanza de receta, comprada en una tienda de corte y confección, una esperanza dogmática. Es una esperanza viva y, por lo tanto, no sólo está a salvo de la duda, sino que se alimenta de la duda.
Eduardo Galeano

(…) Admirar todo lo que guste, deleitarse con las más inocentes excusas, detener el tiempo mientras se ve a la persona amada hacer algo tan simple como hablar, fruncir el ceño o jugar infantil y tiernamente con un peluche. Agregue dulzura a gusto. Añada sonrisas, payasadas y bromas (las lágrimas no hacen mal si están medidas en proporción y están bien batidas con amor), regalos insignificantes como un beso en un momento inesperado o un papel escrito a las apuradas, pueden ser valorados más que una joya.
Julio Cortázar, Instrucciones para amar (fragmento).

“Sin saberlo, vamos dibujando un mapa a medida que tomamos decisiones en la vida. Cada hecho importante es un punto sobre el papel, y la línea que los une es nuestra cartografía personal. Se suele considerar el desplazamiento como un trámite ineludible para llegar al destino, nuestro verdadero objetivo. Pero es en ese trayecto donde ocurren las cosas importantes, ya que uno en realidad nunca termina de llegar a ningún lugar, y 

el propio destino forma parte del viaje. Efectivamente, la vida es todo eso que ocurre mientras corremos para tachar notas de nuestra lista de cosas que hacer.”
Matías Costa 

Me preguntan a veces que por qué no tengo novia todavía; y dicen que porque estoy muy enamorado. Pero tú ya sabes bien que no es así. No tengo novia porque no tengo ganas de tener novia; por pereza; por desgane; por aburrimiento. Estoy muy enamorado, pero eso no tiene que ver nada con esto. A lo mejor un día de estos dejo de escribirte. O te escribiré solamente cuando tenga deseos, necesidad de hacerlo. No me gustan los trámites, las fórmulas en el amor; no me gustan los compromisos; los juramentos. Si tú quieres escribirme -porque quieres escribirme- cada tres días, encantado. Si yo quiero hacerlo del diario, tanto mejor. Pero siempre la cosa espontánea y natural. Quiero ser libre dentro de esta esclavitud. Te quiero, sí, te quiero: pero a medida de que te quiero se me van haciendo innecesarias las palabras; tengo que saber que no es indispensable el decírtelo. ¿Comprendes? Si tú no fueras tú, no diría esto. Podrías salirme con que no te quiero, con que no te comprendo, con que no soy tuyo. Pero tú tienes que ser tú, diferente, exclusiva, única. Tienes que oír mi amor con su voz, tocarlo con su carne, aceptarlo como es, desnudo y libre.
Jaime Sabines, Cartas a Chepita, 5 de Agosto de 1948.

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